No es de recibo que el fútbol de élite, cada vez más profesionalizado, en el que parece que nada se deja al azar, continúe con vicios del pasado que, lejos de solucionarse, se acentúan. Como los insufribles partidos de la fase de clasificación, ya sean para Mundiales o Eurocopas, como es el caso. Que cada temporada, en los tres primeros meses de competición se tengan que interrumpir las respectivas ligas supone un tormento para los aficionados, a los que no estimulan partidos sin ningún aliciente. La selección cedió sus primeros puntos en Noruega tras siete jornadas. Le falta uno, que si no logra mañana ante Suecia lo conseguirá en noviembre -nuevo parón- ante la potentísima Malta. Después está el tema de la cesión de los futbolistas por parte de los clubes, que son los paganos. Y en ocasiones para nada. Como son los casos de los mallorquinistas Kubo, Trajkovski y Valjent, que en el primer partido no jugaron ni un minuto con sus respectivas selecciones.

Sin dejar la selección, no ha pasado desapercibido el ofrecimiento de Sergio Ramos para disputar los próximos Juegos de Tokio. Un sinsentido. Estamos hablando de un futbolista que el año que viene cumplirá 34 años. Estaría bien que pensara más en su equipo y no en sus ambiciones personales. Bien haría Florentino en recordarle que el que le paga es él.

Los cien de Moreno. Y que cumpla muchos más. El entrenador del Mallorca alcanzó el centenar de encuentros ante el Espanyol y ya es el sexto en la historia del club, en una lista que lidera Serra Ferrer. El técnico valenciano se ha convertido en poco más de dos años en el principal activo del club. Desde su llegada no han parado de producirse buenas noticias, incluido dos ascensos de forma consecutiva para devolver a la entidad al lugar que nunca debió abandonar. Pese a que no se ha reforzado el equipo a su gusto -únicamente Kubo y Febas se pueden considerar titulares entre doce refuerzos-, el grueso de jugadores que lograron el ascenso están dando la cara. Pase lo que pase al final de temporada, lo que es seguro es que difícilmente el Mallorca encontrará un mejor inquilino para el banquillo.

El enfado de Dreyer. No es habitual la polémica en un deporte como el voleibol, en el que no hay contacto entre los protagonistas. Pero algunos gestos de los jugadadores y entrenador del ConectaBalear Manacor, pidiendo apoyo de la grada tras un punto polémico, molestaron más de la cuenta a Marcos Dreyer. El entrenador del Urbia Palma se quejó al final del partido: "Ellos protestaban hacia la grada. El voleibol es un deporte noble y el Manacor debe cambiar sus formas". Todo suena a una tormenta en un vaso de agua.

Éxtasis en el Palau. Por momentos así vale la pena vivir partidos como el del pasado viernes en el Palau. El Palma Futsal, que aguanta el tipo pese a sus muchas e importantes bajas, derrotó el viernes al Peñíscola con un gol de Tomaz Braga a falta de catorce segundos. Un tanto que desató la locura entre los aficionados, que empujaron como nunca para sumar la segunda victoria del curso. Este triunfo da algo de tranquilidad para afrontar el próximo domingo la visita al Barça.

A la tercera va la vencida. Por la mínima y casi sobre la bocina. Así ganó el B the travel brand su primer partido de la temporada en la LEB Oro, en la pista del Alicante en un final de partido en el que perdía de cinco a falta de un minuto. Este triunfo debe ser el punto de partida para una reacción deseada.