Vicente Moreno sigue confiando, por convicción o exasperación, en gran parte de los futbolistas que formaron el plantel del retorno del Real Mallorca desde Segunda División B. Dos campañas después y con dos categorías de por medio, el grueso del conjunto bermellón se sustenta en los mismos cimientos. Once son los jugadores que sobreviven de aquella división de bronce. Con Marc Pedraza el pasado domingo, diez han sido ya los que se han enfundado la elástica del conjunto rojillo en la máxima categoría del fútbol español.

La mayoría aterrizaron en la isla durante el verano de 2017. Tras el descenso del equipo a Segunda B, el club confió en ellos la complicada misión de devolver al Real Mallorca al fútbol profesional. Entre ceja y ceja todos tenían un mismo objetivo. Exmallorquinistas, futbolistas con dilatada experiencia en Segunda e incluso Primera División, jóvenes promesas de la cantera€ El perfil, heterogéneo, encajó a la perfección. A los supervivientes Lago Junior y Antonio Raíllo, se unieron Salva Sevilla, Manolo Reina, Xisco Campos, Joan Sastre, Miquel Parera, Abdón Prats y Marc Pedraza. Ya en el mercado invernal, se incorporaron Aridai Cabrera y Fran Gámez.

La plantilla obró el ascenso sin demasiados apuros y la Segunda se oteaba en el horizonte como gran reto. Pocas fueron las incorporaciones que cuajaron en el plantel. Dani Rodríguez, Ante Budimir, Martin Valjent y Pervis Estupiñán fueron prácticamente los únicos futbolistas que lograron hacerse con un hueco en el once bermellón.

La obligación del ascenso en Segunda B, en Segunda se convirtió en una utopía, un sueño que, casi con idénticos pilares, se fue fraguando con el paso de las jornadas. Pero la promoción finalmente se consumó, inesperadamente para todos, sobre todo para la dirección deportiva del club, que se topó de bruces con el regreso del Real Mallorca a la máxima categoría del fútbol español.

Doce son las incorporaciones que ha realizado el club durante el presente mercado estival, pero el once de Vicente Moreno, jornada tras jornada, sigue salpicado por los héroes del doble ascenso. Normalmente hasta seis futbolistas del Real Mallorca de Segunda B forman como titulares en el equipo que alinea jornada tras jornada el técnico valenciano. El pasado domingo, sin ir más lejos, el once que logró la victoria ante el Espanyol formó con Reina, Sastre, Raíllo, Gámez, Salva Sevilla y Lago Junior de inicio. Xisco Campos y Marc Pedraza entraron en la segunda parte.

A día de hoy, Miquel Parera es el único jugador que resiste del doble ascenso y que todavía no ha debutado con la elástica rojilla en la máxima categoría del fútbol español. El guardameta de Manacor, de 23 años, ha estado al pie del cañón durante las dos últimas temporadas, pero tras la incorporación de Fabricio, el cancerbero mallorquín ha perdido protagonismo.

Entre dichos futbolistas existe una complicidad especial dentro y fuera del terreno de juego. Su bloque, su forma de llevar el vestuario, ha repercutido directamente en el rendimiento del conjunto bermellón. No hay fichaje que aterrice en el club que no coincida en resaltar lo sencillo que resulta adaptarse a este grupo.

Como fruto de su rendimiento y del trabajo que ofrecen sobre el verde, la entidad bermellona también ha decidido premiar su compromiso prolongando sus contratos en la elite del fútbol español. Salva Sevilla, Joan Sastre, Manolo Reina o Lago Junior ya han firmado su continuidad en la isla, solo Raíllo parece no aceptar las condiciones que le ofrece la secretaría técnica.

El mérito de estos jugadores es innegable y así se lo reconoce el preparador valenciano jornada tras jornada. "No tengáis ninguna duda de que el más interesado en poner en cada partido el mejor once soy yo", repite Vicente Moreno en cada rueda de prensa cuando es cuestionado por la escasa participación de los recién llegados. No se atreve a reconocer el de Massanassa que lo nuevo, por el momento, no mejora lo que ya tenía. Moreno premia la fidelidad de un plantel que confía en él a pie juntillas.