La jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, doble campeona olímpica en Londres 2012, recuperó el cetro de la velocidad mundial, dos años después de ser madre, al batir en 100 metros con la mejor marca mundial del año (10.71) a la británica Dina Asher-Smith y a la ivorense Marie-Josee Ta Lou.

El 'Cohete de bolsillo' (Pocket Rocket), que sólo mide 152 centímetros, tomó la delantera desde el disparo y mantuvo a raya a sus rivales. Asher-Smith, doble campeona de Europa, batió el récord nacional con 10.83 y Ta Lou completó el podio con 10.90.

Se quedó fuera del cajón de honor la jamaicana Elaine Thompson, doble campeona olímpica en Río 2016, cuarta aquí con 10.93.

La velocidad femenina reeditaba el eterno duelo entre Jamaica y Estados Unidos, aunque esta vez había más pretendientes. No iba a ser un simple mano a mano entre las dobles campeonas olímpicas Thompson (en Río 2016) y Fraser-Pryce (en Londres 2012), pese a que eran las dos más rápidas del año, empatadas a 10.73.

Fraser-Pryce lanzó a sus rivales el aviso de que está de regreso a la cima, tras su maternidad en 2017, al acreditar el sábado el mejor registro de la historia en una primera ronda mundialista, con 10.80, y en la final hizo realidad lo prometido. Está de vuelta.

En el foso de triple, el estadounidense Christian Taylor ratificó su carácter competitivo al proclamarse por cuarta vez -tercera consecutiva- campeón mundial con una marca de 17,92 metros.

Estados Unidos hizo doblete. Will Claye se colgó la medalla de plata con 17,74, y el bronce fue para el burundés Hugues Zango, que batió el récord de África con 17,66.

El portugués de origen cubano Pedr Pablo Pichardo se quedó fuera del podio, cuarto con 17.62.

Taylor defendía su hegemonía mundial en el triple, después de ganar dos títulos olímpicos y tres de los cuatro últimos mundiales. El reto en Doha era conseguir el tercero consecutivo. Se lo propuso y lo consiguió.

Su peor rival teórico lo tenía en casa. Will Claye, líder del ránking de la temporada con 18,14, había superado dos veces este año los 18 metros, pero había que contar también con PPP, Pedro Pablo Pichardo, que se metió en la final de un solo salto (17,38), pero volvió a prevalecer la seguridad de Taylor.

La rusa Anzhelika Sidorova, que compite como atleta neutral autorizada por la IAAF, se alzó con el título de pértiga batiendo con la mejor marca mundial del año (4,95) a la estadounidense Sandi Morris y a la anterior campeona, la griega Katerina Stefanidi.

La batalla enfrentaba, sobre el papel, a Stefanidi, campeona olímpica y mundial, con las estadounidenses Jennifer Suhr (líder mundial del año con 4,91), Sandi Morris y Katie Nageotte y con Sidorova, que había saltado este año 4,86.

La rusa hizo un concurso perfecto, elevándose sin fallos sobre todas las alturas hasta que tuvo que agotar sus tres intentos para superar los 4,95 metros, Sandi Morrtis se quedó en 4,90 y Stefanidi en cinco centímetros menos.

El equipo de Estados formado por Wilbert London, Allyson Felix, Courtney Okolo y Michael Cherry volvió a batir en la final el récord del mundo de relevos mixtos 4x400 con un tiempo de 3:09.34.

Jamaica, con un registro de 3:11.78 -récord nacional- consiguió la medalla de plata por delante de Bahrain, que batió el récord asiático con 3:11.82.

Fuera de las finales de la tercera jornada, el estadounidense Noah Lyles, debutó sin alardes: segundo en la séptima y última serie con un tiempo de 20.26.