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Minuto 91

El título más emotivo de Rudy

El capitán de la selección española no pudo reprimir las lágrimas tras proclamarse campeón del mundo. Motivos no le faltaban tras el tortuoso verano que ha pasado.

Rudy Fernández mira emocionado al cielo tras conquistar el título mundial. Reuters

Rudy Fernández se ha dado una alegría, que falta le hacía. El jugador mallorquín del Real Madrid, capitán de la selección española, levantó el trofeo al cielo de Pekín con lágrimas en los ojos. En su segundo título mundial, adornando un palmarés que para sí quisiera el más encopetado deportista de élite, Rudy se acordó seguro de su abuelo, fallecido recientemente, y a quien dedicó el título; pero también de su padre, que atraviesa por momentos complicados, y de su hermana Marta, exbaloncestista y primera admiradora de su hermano, que va necesitada de buenas noticias. Y cuál mejor que la de Rudy levantando el trofeo de campeón del mundo. Título que ha obtenido por segunda vez, después del logrado en Saitama (Japón) en 2006. Él y Marc Gasol son los únicos que pueden presumir de ser campeones del mundo por dos veces. A sus 34 años, le queda por lo menos pelear por otra gran medalla, como lo sería si la consigue en los Juegos de Tokio el próximo verano. Sería el colofón a una carrera inigualable, inimaginable cuando daba sus primeros pasos como jugador de baloncesto en los años 90 en el Sant Josep Obrer. En este Mundial no ha sido uno más, sino un jugador clave para Scariolo. Y Rudy ha respondido en la pista como solo lo hacen los campeones.

Quién tira los penaltis. Es la eterna pregunta que se formula cada vez que un jugador falla desde los once metros. Hablar a toro pasado puede resultar ventajista, pero resulta como mínimo sorprendente que el encargado de lanzar la pena máxima ante el Athletic fuera Abdón, que hacía seis minutos que estaba en el terreno de juego y no jugaba en partido oficial desde el pasado mes de junio. Los entrenadores, y Moreno no es una excepción, se quitan el problema de encima diciendo que lo lanza el que se encuentra con ánimo en el momento del disparo. No debería ser así. En los deportes de equipo hay especialistas, y el fútbol no es la excepción. Y resulta inexplicable que el penalti cometido sobre Kubo no lo lanzara o Lago Junior o Salva Sevilla, que por otra parte se suelen mostrar infalibles desde los once metros. Que fueran ellos los lanzadores no es garantía de nada, pero a lo mejor el Mallorca aparecería ahora con dos puntos más en su casillero. Esperaremos al próximo penalti para salir de dudas.

La odisea de Kubo. Parece del todo incomprensible, por absurdo, que los profesionales del fútbol, generalmente muy bien pagados por los clubes, tengan que estar a expensas de sus selecciones y de los caprichos de la FIFA. El Mallorca no se escapa a este disparate, y bien que lo sabe Kubo, que algo más de 24 horas antes de enfrentarse con el Mallorca al Athletic volaba de regreso desde Birmania a la isla. En los dos partidos con su selección ha disputado 55 minutos, muy poca cosa para tanto viaje. En cualquier caso, el japonés dio un aire diferente al ataque rojillo y provocó el penalti que, lamentablemente, acabó en nada.

Augusto Fernández va en serio. A 26 puntos se ha situado de Álex Márquez el piloto mallorquín a falta de seis carreras para el final del Mundial de Moto2. Su victoria en Misano, la tercera de la temporada, le consolida como un serio candidato al título, pese a que la ventaja siga siendo para el hermano del campeonísimo Marc. Augusto parece tener los pies en el suelo y no tiene prisa por dar el salto a la categoría reina. Ya ha manifestado que la próxima temporada seguirá en la intermedia para intentar el asalto al título mundial, si no es que llega en la actual. Si al mallorquín de Moto2 le va bien, a los de MotoGP no tanto. Mir logró una digna octava plaza y Lorenzo sigue perdido sobre su Honda.

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