Hace años que Rudy Fernández ha demostrado que no se cansa de ganar y que destila ambición por los poros. Pero este título Mundial título Mundial es especial para el mallorquín, primero porque ha pasado un verano muy duro por problemas personales, como el de la pérdida de su abuelo, con quien estaba muy unido, y porque en este gran campeonato ha sido el gran capitán.

El escolta del Real Madrid, formado en la cantera del Sant Josep Obrer de Palma, alzó ayer el trofeo de campeón del mundo en Pekín, todo un orgullo para un Rudy que puede presumir de un palmarés al alcance de muy pocos, con medallas de todos los colores en los Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos con la selección española. Además, junto a Marc Gasol es el único que repite el oro en un campeonato del mundo, ya que en 2006 ya conquistó el de Japón.

"Es increíble, no tengo palabras para describir todo lo que estoy sintiendo ahora mismo. Creo que hemos hecho un torneo muy serio desde el principio, sabíamos que era importante el grupo. A medida que ha avanzado el torneo hemos ido a más y se ha demostrado que en los momentos importantes ha sido cuando se ha visto a la mejor selección. Por eso somos merecidísimos campeones del mundo", señaló. "Es cierto que tengo muy buenos recuerdos de todos los años, pero este ha sido muy especial a nivel personal y también colectivo por ser el capitán de esta grandísima selección. Estoy muy orgulloso de todos ellos, de todos los que me han ayudado durante el campeonato y la preparación. Ha sido una gozada poder capitanear este equipo", prosiguió.

Todo ello en un escenario especial como el Wukesong Sport Arena de Pekín, donde también se colgaron la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 2008. "No sé qué tienen por estas zonas que siempre se nos da bien. Ojalá en los Juegos Olímpicos sigamos a este nivel. Tenía muy buen recuerdo de este campo, de jugar una de las mejores finales de las que he podido disfrutar como jugador de selección. Poder levantar este trofeo ha sido algo increíble", dijo.

Por último, dedicó el premio a sus allegados. "Se lo dedico a toda la gente, sobre todo a mi familia, a mi padre, a mi hermana, a mi abuelo, que murió en verano... A toda la gente que siempre ha creído en mí. Sin ellos no estaría levantando una copa del mundo", finalizó.

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