El tenista manacorí Rafel Nadal, que logró su cuarto Abierto de EE.UU y su Grand Slam número 19, calificó la victoria de ayer como "la más emocionante de mi vida", en una partido que fue "una locura".

En la rueda de prensa posterior a la final en el US Open, Nadal fue preguntado sobre el hecho de estar a un Grand Slam de ser junto al suizo Roger Federer el tenista con más 'majors' de la historia. "La ambición es buena, pero la ambición desmedida es mala porque corres el peligro de no ver el mundo de forma positiva. Yo no puedo vivir así. Si no uno vive en un estado de tensión y presión todo el día que no lo deja ser feliz", se sinceró Nadal.

El balear admitió que "no puedo predecir el futuro" sobre cuánto tiempo puede durar su carrera, siempre pendiente de sus condiciones físicas a una edad, 33 años, en que es consciente que debe administrarse. "Yo no voy a dejar de luchar", remachó Nadal, al valorar también unas afirmaciones de su entrenador Carlos Moyá, quien dijo después del partido que "si el momento se pone feo, yo pondría mi vida" en manos de Nadal.

Para el número dos del ránking en el ATP, la clave del partido fue perder el tercer juego en el tercer set, permitiendo a Medvedev "jugar de una manera increíble". "Ha salido de su zona de confort y ha hecho cosas que no hace habitualmente", apuntó Nadal, quien subrayo que el ruso "llegaba a bolas increíbles".

"Y la clave (para ganar) ha sido también resistir al comienzo del quinto set. Sabía que el partido me iba a dar otra oportunidad", comentó.

En español a pie de pista, también agradeció el aliento de los aficionados latinos, de los que dijo que "nunca fallan, ni en Nueva York, ni en América Latina, ni en Miami".