Nueve y media de la noche en Nueva York (tres y media de la madrugada hora española). Rafel Nadal Parera levanta el trofeo que le acredita como campeón por cuarta vez del Abierto de Estados Unidos. Tres y media de la tarde en Manacor. Doce horas después de su extenuante partido ante la gran revelación rusa Daniil Medvedev, el tenista mallorquín come como un día cualquiera en su academia junto a su padre y su gran amigo Tomeu Salvà. De la emoción por su victoria a la rutina del día a día que convierten a Nadal en el campeón de la normalidad.

Tras su victoria en Nueva York comienza un nuevo ciclo en la vida de Nadal. Y no solo profesional. El próximo 19 de octubre contrae matrimonio con su pareja de toda la vida, Xisca Perellócontrae matrimonio con su pareja de toda la vida, Xisca Perelló, un enlace que puede condicionar su calendario hasta final de temporada. De todas formas, el trabajo del año está más que hecho, con sus dos títulos de Grand Slam, desde hace tiempo el gran objetivo tanto de Nadal, Federer y Djokovic, en una carrera a contrarreloj para definir quién es el mejor tenista de la historia.

Nadal, que ha definido su victoria ante Medvedev como "la más emocionante" de su vida, se ha convertido en el jugador con más títulos grandes alcanzada la treintena, cinco. Es uno más de los cientos de registros que ha establecido a lo largo de una carrera inigualable, que le ha convertido en un icono mundial y una de las grandes figuras de la historia del deporte. El ganador de 84 títulos a lo largo de su carrera no engaña a nadie. Es tal como se muestra en público. A sus 33 años no se rinde. Hay Nadal para rato.