En un año complicado, donde le costó Dios y ayuda conquistar su primer título, en Roma en el mes de mayo, Rafel Nadal aspira esta noche (22 horas, Eurosport, dial 61) a sumar su cuarto título en el Abierto de Estados Unidos y su decimonoveno título grande en su tercera gran final del año, tras Australia y Roland Garros, con una derrota y una victoria. Su rival será el ruso Daniil Medvedev, de 23 años, posiblemente el jugador más en forma del circuito, con permiso de Nadal. El ruso ha venido para quedarse. Ya es el quinto del mundo y un potencial ganador de torneos de Grand Slam. Puede conseguirlo hoy, aunque no lo tendrá fácil. Sus 44 victorias este año, por 41 de Nadal, le convierten en el tenista que más veces ha levantado los brazos.

El único precedente entre ambos tenistas fue escasamente hace un mes, en la final del Masters 1.000 de Montreal, con victoria de Nadal por un claro 6/3, 6/0. Pero el mallorquín es consciente de que la de esta noche será una final diferente. Medvedev, ganador en Cincinnati, en su primer título de categoría Master 1.000, ha demostrado durante este verano que puede plantar cara a cualquiera.

Asegura haber aprendido la lección de aquella dolorosa y humillante derrota, como lo es siempre que te endosan un rosco. El tenista de Moscú, que reside en Montecarlo, es un muro en el fondo de la pista. Obliga a sus rivales a un desgaste descomunal para lograr el punto. Lo pudo comprobar Wawrinka, verdugo de Djokovic, y Dimitrov en semifinales. Y hoy no será una excepción.

A diferencia del año pasado, cuando se tuvo que retirar por lesión en semifinales ante el argentino Del Potro por una lesión en el tendón rotuliano de su rodilla derecha, Nadal ha jugado sin problemas físicos en Flushing Meadows. Y este es un punto a su favor, casi siempre determinante. Si a esto se le añade que tuvo fortuna en el sorteo, evitando a los rivales más complicados, entre ellos Djokovic y Federer hasta la final, se explica el gran torneo que ha disputado.

Con su victoria en su debut frente al australiano John Millman, número 60 del mundo, Nadal no ha cedido nada más que un set, el que le ganó Cilic en octavos de final, por lo que llega a la final sin un desgaste excesivo, pese a que sus victorias ante el argentino Diego Schwartzman en cuartos y Berrettini en semifinales fueron muy trabajadas.

Algo parecido se espera esta noche ante Medvedev. El ruso, que hasta ahora no había pasado de una tercera ronda en sus participaciones en torneos de Grand Slam, es un tenista con descaro fuera y dentro de la pista. No se deja impresionar por nada ni por nadie, ni tan siquiera por Nadal. Ambos protagonistas son conscientes de que están ante una gran oportunidad. Medvedev para entrar en la historia del torneo y del tenis; Nadal para acercarse un poco más a su gran objetivo, que no es otro que desbancar a Federer. Si gana esta noche se colocará con 19 grandes títulos. Se colocará a uno solo del suizo y tres por delante del número uno Novak Djokovic. Es la gran carrera por ser el mejor de la historia, una competición de la que no gusta hablar a ninguno de los tres fenómenos.

De ganar Nadal continuaría el dominio del 'big three', que se ha impuesto en 50 de los últimos 58 torneos de Grand Slam; de hacerlo Medvedev se uniría al selecto grupo que se ha atrevido a discutir la hegemonía de los tres más grandes, junto a Del Potro, Cilic, Wawrinka o Murray.

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