El Reto no es pequeño. Tras veinte años de vida, el Collerense femenino afronta una nueva temporada cargado de confianza e “ilusión”. Las ‘jabatas’ debutan en la Segunda División femenina, que arranca este fin de semana con un sistema nuevo: dos grupos (norte y sur), 32 equipos y mucha competencia.

Tenemos claro cuál es el objetivo: lucharemos por la permanencia. Trabajamos desde la humildad y nos enfrentamos a equipos que están muy por encima de nuestras posibilidades. A ilusión pocos nos ganarán, pero tenemos muy presente que los rivales asumen este reto con presupuestos muy superiores. En el fútbol no todo son dos más dos, aunque somos conscientes de nuestras flaquezas”, reconoce la capitana, Pili Espadas, quien afronta su vigésimo primera temporada al frente del conjunto mallorquín.

Equipos como el Sporting, el Alavés, el Villarreal, el Málaga o la Fundación Albacete abren el telón en el Reto Iberdrola, esta nueva competición a medio gas entreel profesionalismo que empieza a vislumbrarse en la Primera División y la precariedad que arrastran todavía clubes como el ‘Colle’. 561 jugadoras nacionales y 68 extranjeras, con una media de edad de tan solo 22 años, se verán las caras en la puja por alcanzar la máxima categoría, un premio al que solo accederán los dos equipos que acaben primeros en sus respectivos grupos. Esta reestructuración responde a una antigua demanda de los clubes. La reducción del catálago de participantes de 112 a 32 mejorará la competitividad y achicará la brecha con la máxima categoría.

“En la elite del fútbol se necesita mucho más apoyo del que tenemos nosotras. Los presupuestos de los rivales echan para atrás, casi todo son semiprofesionales, con jugadoras que cobran. El Collerense, a nivel de club, está haciendo un esfuerzo abismal. Estamos en Segunda y la Federación Española obliga a tener cuatro fichas profesionales. Desde el club se pretende que tengamos una pequeña recompensa económica por primera vez”, asegura la futbolista, de casi 38 años.

Propuesta de la Federación

En los próximos días el Collerense podría aceptar una suculenta propuesta de la Federación. La Española ofrece 100.000 euros por temporada a todos los equipos del Reto Iberdrola por la cesión participativa de sus derechos: “No sé cómo quedará el tema, son muchas las reuniones que llevamos ya, pero el posicionamiento del club siempre ha sido el de ir de la mano de la Española. Si el club puede recibir algún tipo de subvención para que las jugadoras puedan tener un mínimo de recompensa por el trabajo que se hace, bienvenido sea”.

Lo que parece que arranca por una parte, sigue yendo a trompicones por la otra. El Collerense femenino, al igual que su homólogo masculino de la Tercera balear, afrontan un nuevo curso con el problema de recibir a sus rivales en un césped demacrado por el paso de los años, donde la rifa de lesiones es el pan de cada día. “Nuestro césped está peor que nunca, es prácticamente impracticable. Hemos tenido decenas de reuniones, estamos pendientes de que el Ajuntament nos cambie el campo, pero lo único seguro es que vamos a comenzar la temporada en las mismas condiciones de siempre. Todos los rivales se quejan de lo mismo, el riesgo de lesión es muy grande”, confiesa la delantera palmesana.

Las ‘jabatas’ han tenido que hacer frente también a importantes bajas en el equipo. A la conocida marcha de la guardameta Cata Coll al Sevilla, han tenido que sumar el fichaje de Ruth Álvarez por el Eibar o las salidas de Tania Sánchez y Nuria Soler al Son Sardina. Con la llegada de un nuevo cuerpo técnico y el fichaje de varias futbolistas para completar la plantilla, ensamblar el equipo ha sido el principal cometido durante la pretemporada.

“El equipo tiene muchas ganas de debutar este domingo ante el Pozoalbense. Tenemos cuerpo técnico nuevo, algo que también mueve nuestra ilusión. Todas queremos demostrarle al míster que podemos jugar. El equipo es joven, pero sigue siendo igual de guerrillero. La pretemporada ha sido buena y vamos a dar todo desde el primer minuto para conseguir el objetivo de la salvación”, analiza Espadas. “No tenemos una referencia clara porque es una categoría que no existía el año pasado. Podemos medir a los rivales que estuvieron arriba y ascendieron, pero hay muchos equipos que no tenemos controlados. Nuestra intención es hacer del campo del Coll un fortín y luchar en los encuentros que afrontemos lejos de casa”, resume por su parte Juanpe Rivas, nuevo técnico del conjunto rojillo.

Tras la marcha de Biel Pons, el novel preparador palmesano, quien ya trabajó el curso pasado con las ‘jabatas’ en labores tácticas, se pone al frente de un reto “ilusionante”, donde tiene volcadas todas sus esperanzas. “Creo que hemos hecho un cambio muy grande con respecto al curso pasado y enseguida lo han cogido con muchísimas ganas. Creen en lo que estamos haciendo, en los entrenamientos se lo dejan todo, de un partido a otro el equipo ha pegado un salto de calidad tremendo. Nos queda mucho trabajo por delante, pero tenemos todo el año para ir mejorando”, reconoce Rivas.

“El equipo se ha reforzado y por supuesto también se ha tirado del filial, que para eso está. Al final la gente de la casa siente más el escudo, trabaja con mucha ilusión por triunfar en el club de su vida y a la hora de jugar se lo deja todo. Mi idea es poder trabajar alternando a futbolistas jóvenes con jugadoras con más experiencia”, se confiesa el técnico del conjunto mallorquín.

Este domingo, a las 11:30 horas, el Pozoalbense se presenta como la primera piedra en el camino. El conjunto cordobés ha incorporado a varias jugadoras extranjeras que han dado un plus de calidad al equipo. Desde la humildad que siempre les ha caracterizado, el Collerense afronta su debut con el “objetivo básico de la salvación”. “Si el club logra mantenerse esta temporada en la categoría, estoy seguro de que durante los próximos años podremos empezar a hablar de cosas más serias. Por ahora solo queremos disfrutar del camino, nadie nos asegura que el día de mañana podremos volver a degustar esta competición”, redondea su discurso Juanpe.