Rafel Nadal inicia esta próxima madrugada (a la una, Eurosport), su decimoséptima participación en el Abierto de Estados Unidos, el grande que mejor se le ha dado en su carrera después de Roland Garros. Hasta tres veces ha conquistado el título el mallorquín (2010, 2013 y 2017) y aspira a un cuarto en la presente edición, donde el sorteo le ha evitado a Novak Djokovic, vigente campeón, y a Roger Federer hasta la final del próximo 8 de septiembre.

Para Nadal, el regreso a Flushing Meadows supone volver al lugar donde terminó su pasada temporada por las lesiones. El ganador de dieciocho grandes se retiró en semifinales contra el argentino Juan Martín del Potro por molestias en el tendón rotuliano. Después tuvo que renunciar a la semifinal de la Copa Davis, a Pekín y Shanghái. Un dolor abdominal le dejó fuera del Masters 1.000 de París y de las Finales ATP, cuando aprovechó para operarse de una artroscopia en el tobillo derecho como final de la temporada.

Nadal llega a Nueva York con dos finales grandes disputadas -perdió en Austalia y ganó en Roland Garros- y la semifinal de Wimbledon, con tres títulos en el zurrón: Roma, París y Montreal, y todo finales o semifinales salvo Acapulco. Si como todo apunta derrota a Millman, le esperan hipotéticamente Kokkinakis, Verdasco, Isner, Alexander Zverev y Thiem, estos dos últimos temibles, pero venidos a menos en los últimos torneos. Ambos, junto al griego Tsitsipas, lideran la nueva hornada de tenistas, pero no acaban de dar el salto y desbancar a los tres fenómenos.

Y es que desde que el suizo venciera por primera vez en Wimbledon, en 2003, Federer, Nadal y Djokovic han conquistado 54 de los 67 grandes títulos (un 80,5%) en juego. El helvético, el mallorquín y el serbio han ganado 16 de los 19 últimos Grand Slams, un 84,2%. El último que logró colarse en el baile fue Stan Wawrinka, en el US Open de hace tres años.

El desafío de Nadal es frenar la racha de Djokovic, que se acerca amenazador a los dieciocho grandes del mallorquín tras sus victorias en Australia y Wimbledon. Un tercer grande en 2019 le colocaría a uno del manacorí y a tres de Federer y se convertiría en el gran favorito para convertirse en el mejor tenista de todos los tiempos.