El esperado traslado del Atlético Baleares a su casa de siempre, el Estadi Balear, se producirá definitivamente el próximo domingo, con motivo del partido que la primera plantilla disputará contra el Las Palmas Atlético a las doce del mediodía.

El motivo de dejar Son Malferit y jugar desde el inicio de temporada en el recinto de la Vía de Cintura se debe a que el club no quiere que ninguno de los 2.300 abonados que se han dado de alta se quede sin poder presenciar el encuentro contra el conjunto grancanario. Al haberse sobrapasado la cifra de 1.800 socios -la capacidad de Son Malferit-, la entidad que preside Ingo Volckmann se ha visto obligada a efectuar el traslado de forma inmediata.

Y eso que las obras en el estadio no están ni mucho menos finalizadas. El domingo solo se abrirá la tribuna cubierta, la única finalizada, con capacidad para 2.721 socios, por lo que solo se llenará si se agotan las entradas y acuden todos los abonados. El resto de gradas estarán finalizadas a final de año. El domingo se colocará alrededor del campo una valla publicitaria con lona.

De hecho, únicamente estará disponible para el partido inaugural el vestuario local y visitante, el de los árbitros y los servicios. La sala de prensa tendrá que esperar.

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