El Atlético Baleares comienza mañana la Liga frente al Langreo, en un escenario que difícilmente se podía imaginar antes del verano. La revolución que ha sufrido la plantilla -tan solo seis jugadores del curso pasado continúan a las órdenes de Manix Mandiola-, el regreso al Estadi Balear, con el cambio de superficie a césped natural, y la participación en un grupo nuevo otorgan mayor envergadura al reto con el que arranca el conjunto blanquiazul: volver a pelear por el ascenso a Segunda División.

El Grupo I de Segunda B, complicado como el resto, cuenta con largos desplazamientos y rivales de gran entidad, en especial por el gran número de filiales que participan: Real Madrid Castilla, Sporting de Gijón B o Las Palmas B. De hecho, dos conjuntos de este grupo -Fuenlabrada y Ponferradina- ascendieron a Segunda este mismo año. Rayo Majadahonda o Atlético de Madrid B serán otros de los rivales poderosos que buscarán conseguir el ascenso.

El primer objetivo para los de Mandiola es sellar lo antes posible la permanencia. Para ello, se necesitan un mínimo de 44-45 puntos para no descender ni tener que disputar el play-off de permanencia. Hasta que no empiece la competición, no se podrá valorar el nivel real de la plantilla y ver hasta dónde puede llegar este grupo de jugadores.

El conjunto blanquiazul, campeón del Grupo III la temporada pasada, buscará de nuevo estar entre los equipos que peleen por el ascenso. Para ello necesitará conseguir superar la barrera de los 60 puntos.

Reto mayúsculo para el Atlético Baleares y para Manix Mandiola, que ya en la presentación del equipo aseguró que "trabajando y paso a paso, pondremos al club en el sitio que merece".

La clasificación más 'barata' para los play-off se produjo con el Pontevedra (en el curso 2016/2017); el Guijuelo (en la 2013/2014); y el Caudal (en la 2012-13), que acabaron cuartos con 60 puntos. Por el contrario, en la última temporada, el Real Madrid Castilla finalizó cuarto con 65 puntos; en la 2014/2015 y 2015/2016, el Logroñes lo hizo con 66 puntos; y en la campaña 2010/2011, se dio la clasificación para play-off más alta de los últimos diez años, con el Leganés sumando un total de 69 puntos, por detrás del filial madridista, el Guadalajara y el Lugo.

Para poder repetir como campeón de Liga, el Baleares necesitará superar como mínimo los 70 puntos. Tan solo una temporada de las últimas diez (la 2013/2014) se necesitó menos puntuación, cuando el Racing de Santander se proclamó campeón de Liga con tan solo 66 puntos.

Ibiza y Penya, objetivos distintos

Tanto el Ibiza como la Penya Deportiva comparten grupo con el club palmesano. Sus objetivos son muy distintos a la hora de iniciar el campeonato liguero: mientras que el conjunto dirigido por Pablo Alfaro tiene como objetivo clasificarse para los play-off de ascenso, al igual que el Baleares, los de Santa Eulària, dirigidos por Raúl Casañ, buscarán lograr la permanencia y asentarse en la categoría de bronce.

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