Dani Benítez, de 32 años, sabe lo que es tocar el cielo como jugador y descender a los infiernos siendo prácticamente repudiado por el mundo del fútbol. Su fichaje por el Poblense le otorga caché y eleva el nivel de la Tercera División Balear, en la que prácticamente es su última ocasión de reengancharse al mundo del fútbol y reconducir una carrera deportiva que prometía mucho en sus inicios.

Nacido en Lloseta, se formó como futbolista en el Juventud Sallista y acabó dando el salto a las categorías inferiores del Mallorca, siendo uno de los mejores de su generación, donde coincidió con futbolistas de la talla de Carlos Carmona o Martí Crespí. En esos años llegó a ser internacional sub-16, sub-17 y sub-19 con España.

Ponferrada, Elche, Alcorcón o Granada son algunos de los equipos en los que ha militado el llosetí. De hecho, en el conjunto nazarí es donde vivió sus mejores y peores momentos como futbolista. Fue una pieza clave en el doble ascenso consecutivo que lograron los andaluces entre los años 2009 y 2011, cuando pasaron de Segunda B a Primera en tan solo dos temporadas. Todo parecía ir por el buen camino, pero en la penúltima jornada de Liga del curso 2011/2012, le lanzó una botella de plástico al colegiado Clos Gómez y fue sancionado seis meses. En poco tiempo pasó del amor al odio con la afición del conjunto granadino. Su fútbol parecía haberse perdido y los problemas extradeportivos comenzaron a ser cada vez más comunes en su vida, tanto en lo personal como en lo deportivo.

El momento fatídico llegó al dar positivo por cocaína tras un Granada-Betis en el año 2014. Dos años de inhabilitación y un despido fulminante por parte del club. Tras ese duro periodo, pasó sin pena ni gloria por el Alcorcón y recaló en el Racing de Ferrol durante un año para acabar poniendo rumbo a la liga chipriota, defendiendo los colores del AEL Limassol durante dos temporadas.

El Poblense ficha a un jugador de una categoría indudable. Su llegada supone un salto cualitativo y les convierte en uno de los equipos favorito para hacerse con el título y lograr el ascenso.

Dani Benítez regresa a Mallorca diez años después y tiene todos los ingredientes para volver a triunfar en el mundo del fútbol. Le sobra calidad por todos los costados y vuelve a un fútbol menos exigente que el profesional donde puede reencontrarse con su mejor nivel. De él depende volver a ser aquel jugador que maravillaba por banda izquierda con su endiablada velocidad, desborde y atrevimiento de cara a portería.

Benítez, Tià Sastre o Aitor Pons están llamados a ser los líderes conjunto blaugrana para poder lograr el ascenso a Segunda B.