La afición balearica, entre la que estuvo presente el técnico de Osasuna Jagoba Arrasate- fue entrenado por Mandiola-, tuvo un comportamiento ejemplar y no dejó de aplaudir en ningún momento a sus jugadores tras el final del encuentro. La estampa final, con ambas aficiones aplaudiéndose en el centro del campo, fue una bonita imagen que rara vez se ve en un campo de fútbol.

Por otra parte, uno de los más afectados ayer por la eliminación fue el presidente Ingo Volckmann. Al dirigente alemán se le vio hundido, dando vueltas a solas por el campo y sin pronunciar palabra alguna. Fueron momentos muy duros para el dirigente alemán, que ha invertido mucho en estas dos últimas temporadas entre la plantilla y el nuevo estadio.