Ha sido Javier Manix Mandiola (Eibar, 60 años) el alma del Atlético Baleares desde su aterrizaje en Mallorca en febrero del año pasado. Siempre original cuando tiene un micrófono delante, destaca por su gran personalidad y naturalidad. No rehúye ninguna pregunta, por difícil que sea. Y a su edad, no se casa con nadie. Dice siempre lo que piensa, conocedor de que tiene poco que perder.

Mandiola, conocido por Manix, sobrenombre de un detective de teleserie en la década de los 70, es optimista por naturaleza. Así, salvó al equipo de un descenso que ya se daba por hecho en Son Malferit. Un año después ha revitalizado al Atlético Baleares. Pese a no conseguir el ascenso, Mandiola ya se ha hecho un hueco de por vida en el corazón de los aficionados blanquiazules. Se desconoce qué pasara con su futuro. Tiene un año más de contrato y él está dispuesto a seguir. Habrá que ver cómo piensa Ingo Volckmann, que valora el trabajo del vasco pero pretende a alguien que le dé resultados.

Mandiola, que habla en euskera con su preparador físico Aitor Maiztegi, es aficionado a frecuentes citas a Groucho Marx -"siempre tendré dudas de quien confía en alguien como yo"-. Exentrenador del Eibar, Alavés, Tudelano y Burgos, entre otros, pretende que sus jugadores le vean como "un convencedor, como un conductor de grupos", normal en una persona que no cree "en la mano dura" y al que no le "convencen los tiranos".

Pese a que solo ha entrenado dos años en Segunda División, no se queja porque, asegura, "le debo demasiado al fútbol". Como que ha sido futbolista profesional, sabe como el que más cómo hay que tratar al jugador. No es partidario de inflar la cabeza del profesional con discursos complejos "porque no todo el mundo lo entiende".

Se le ha criticado por la racanería de su fútbol, con abundancia de victorias por la mínima. Por eso había muchas dudas sobre las posibilidades del equipo de remontar el 2-0 de Anduva. Su teoría sobre la táctica es tan clara como simple: "El orden se acaba cuando tienes un equipo delante para contrarrestarte". No es partidario de hinchar la cabeza a sus jugadores con vídeos del rival, aunque no hubiera ido mal ante el Racing, que empató con un gol de estrategia que dio la impresión de que los jugadores no tenían estudiado.

Mandiola, poco amigo "de quedar bien", ha lanzado algún mensaje al director deportivo Patrick Messow cuando algo no ha sido de su agrado- "Yo vivo de realidades, aquí me traen proyectos". Este dardo debió venir a cuento cuando el club fichó al delantero nigeriano Ody Alfa, que no ha jugado ni un minuto desde que llegó en enero. "No sé quién es, aunque tampoco creo que él sepa quién soy yo", dijo con su gracia habitual aunque con pocas ganas de reír.

Mandiola no ha podido conseguir el gran objetivo después de una Liga regular inmaculada y de un 2019 con una sola derrota, la encajada en Anduva, que ha sido definitiva para la suerte del equipo, del club y, quién sabe si del propio entrenador.