Ni Manix Mandiola ha sido capaz de acabar con el infortunio blanquiazul. El Atlético Baleares militará una temporada más en la división de bronce del fútbol español. La victoria ante el Mirandés por 3 a 1 no bastó a los mallorquines para dar la vuelta a la eliminatoria definitiva de los play-off por el ascenso. La acariciaron con los dedos, pero no pudo ser.

Son Malferit se despidió de sus inquilinos durante los últimos cinco años con el varapalo más duro del lustro. Las lágrimas, la frustración y el dolor se apoderaron del plantel y la afición con el pitido final. Lo que debía ser el broche a una temporada perfecta, lo que tenía que ser la guinda del pastel, volvió a convertirse en una nueva decepción.

La gesta se presentaba prácticamente imposible. El Mirandés aterrizaba en Mallorca con una ventaja casi insalvable para el conjunto blanquiazul. El 2 a 0 del partido de la ida, ponía las cosas muy difíciles, pero no imposibles para la parroquia balearica.

Jugadores y cuerpo técnico no se habían cansado de repetir a lo largo de la última semana que se podía obrar el milagro, pero lo cierto es que las estadísticas y el estado de forma del equipo en este tramo final del curso no invitaban al optimismo.

El calor, sofocante en el estadio de la Federació Balear, no pudo con la hinchada blanquiazul, que colgó el cartel de 'no hay billetes' en las puertas de Son Malferit. Mandiola recuperó a Kike López en la banda diestra y forzó a Rubén, que jugaba infiltrado, en el centro de la zaga. El preparador eibarrés le dio las manijas del ataque a Nuha Marong y concedió a Pedro Ortiz y Hugo Díaz los minutos más importantes del campeonato.

El Atlético Baleares saltó sobre el sintético de Son Malferit embriagado por una inquietante combinación de intensidad y ansiedad. Ese cocktail comenzó dando sus frutos con tímidas internadas al área defendida por el conjunto burgalés. Las gradas, volcadas con los suyos, confiaban en un gol tempranero que metiera miedo a los pupilos de Borja Jímenez, y el tanto llegó, pero bajo la batuta del conjunto burgalés.

En un doble error incomprensible y garrafal de Hugo Díaz en labores defensivas, Claudio robó un balón y cedió a Matheus en el interior del área. El futbolista del Mirandés no desaprovechó la ocasión y reventó el esférico al fondo de la red. Con ese tanto en el minuto 18 se ponía prácticamente fin al partido, la eliminatoria y el campeonato.

La afición blanquiazul, muerta en vida, no encontraba consuelo al que aferrarse y, pese a que los hombres de Manix lo iban a seguir intentando, Son Malferit era un auténtico funeral. El conjunto blanquiazul necesitaba cuatro goles para dar la vuelta a la eliminatoria, una losa demasiado pesada para un equipo poco dado al acierto de cara a portería.

Con los deberes casi hechos, el Mirandés, que no había hecho mérito alguno para acabar la primera parte por delante en el marcador, tomaba el camino de vestuarios con pie y medio en Segunda División.

Manix no fue condescendiente con Hugo Díaz y lo castigó con el banquillo en sustitución de Marcos de la Espada. En Son Malferit ya nadie creía en la remontada, pero Nuha Marong se puso el mono de trabajo para llevar a su equipo en volandas.

En el 55, el hispano-gambiano perforó la portería de Limones con un disparo franco desde la frontal. Solo siete minutos después, en el 62, remataba de cabeza a la salida de un saque de esquina para, por qué no, hacer soñar a su afición. Puestos a sufrir, el balearico prefiere hacerlo con todas las de la ley.

El tercer tanto se hizo esperar, pero llegó. Un centro de Samuel lo cabeceó Nuha para Marcos. El delantero mallorquín, desaparecido hasta el momento en las eliminatorias de los play-off, desató la locura. El Baleares estaba a un solo tanto de la gloria.

El asedio fue brutal y los blanquiazules las tuvieron de todos los colores. Limones, en el último segundo, sacó bajo los palos la última de Vallori. Mandiola ya no quiso cambiar lo que estaba bien y dejó hacer a los suyos, volcados totalmente en el área rival. Lo intentaron, hilaron la gesta, pero el partido llegó a su fin ante la desesperación de Son Malferit.

Otra vez, de la forma más dolorosa, el Atlético Baleares se quedó en la orilla. Remó sin palas, contra todo pronóstico, firmando una segunda parte de escándalo, pero este es el sino de este club. Sufrimiento hasta el último segundo y un año más, fuera del fútbol profesional.

La afición, con el Atlético Baleares

La afición, con el Atlético Baleares

Ficha técnica

Atlético Baleares: Carl Klaus, Kike López, José Peris, Guillermo Vallori, Rubén González, Pedro Ortiz, Canario, Hugo Díaz (Marcos de la Espada, min. 46), Nuha Marong, Fullana y Samuel Shashoua.

Mirandés: Limones, Paris, Kijera, Odei, Melli, Romero, Claudio, Cerrajería, Mateus (Álvaro Bravo, min. 56), Guridi (Yanis, min. 65) y Álvaro Rey.

Goles: 0-1: Matheus (min. 18). 1-1-: Nuha Marong (min. 55). 2-1: Nuha Marong (min. 62). 3-1: Marcos de la Espada (min. 79).

Árbitro: Ortiz Arias (Comité madrileño).

Tarjetas amarillas: Canario (min. 45), Fullana (min. 68).

Tarjetas rojas: No hubo.

Estadio: Son Malferit, ante 1.800 espectadores.

Incidencias: Partido de la vuelta de la tercera eliminatoria de los play-off por el ascenso.