Con semblante tranquilo, pero no confiado. Así compareció ayer Borja Jiménez, técnico del Mirandés, en sala de prensa ante la última previa de partido de la temporada ante el Atlético Baleares. "Estoy tranquilo porque veo al equipo, sé de lo que es capaz este grupo y creo que va a salir bien. Por eso dentro del club intento transmitir tranquilidad y por supuesto a los jugadores también", explicó el preparador del conjunto burgalés.

Sobre la forma de afrontar dicho encuentro en Son Malferit, Borja Jiménez lo tiene claro. "Me lo llevo todo a lo positivo. Las dimensiones del terreno, con el plan de partido que tenemos creo que se nos volverán positivas. Las temperaturas en este caso creo que nos beneficiarán porque van a llevarnos a un partido más lento. Todo lo veo desde el lado positivo", aseguró un Borja Jiménez convencido de lo que debe hacer su equipo ante el Atlético Baleares.

"Vamos a ser fieles a lo que hemos sido todo el año y lo que nos ha traído hasta aquí. Si cambiásemos ahora y saliese mal, nos daríamos cabezazos toda la vida. Ser valientes, ser agresivos, ataques directos o ataques largos, depende de lo que toque en cada momento. Lo tenemos claro", apuntó como guion de un encuentro que decidirá quién asciende a Segunda División.

El Mirandés ha conquistado este año la Copa Federación y el ascenso sería poner el broche de oro a una gran campaña. "Vamos a hacer casi 350 días entrenando y trabajando juntos esta temporada. Es brutal lo que tenemos ahí. Así que vamos a por ese broche final de la temporada", concluyó el técnico del conjunto burgalés confiado.