El mundo del voleibol despidió ayer a una de sus leyendas, el exjugador y técnico Miguel Ángel Falasca, considerado el mejor colocador español de todos los tiempos, en una ceremonia civil en el Parque Cementerio de Málaga, tras su fallecimiento a los 46 años el pasado sábado en Italia a causa de un infarto. El acto tuvo lugar en el camposanto malagueño después de que los restos mortales de Miguel Ángel Falasca, que era entrenador del Saugella Monza y que jugó en el Son Amar Palma, fueron repatriados a España tras recibir el miércoles un homenaje en esta ciudad del norte de Italia. A la ceremonia asistieron figuras ilustres del voleibol español como Rafa Pascual.