La versión más sólida y solidaria del Real Madrid acabó con la resistencia del Barça Lassa en el Palau Blaugrana (68-74), donde el conjunto blanco conquistó la trigésima quinta Liga de su historia, la cuarta en las últimas cinco temporadas.

En un cuarto partido duro, se impuso el físico del Real Madrid, muy superior en la zona -con 46 rebotes, 18 de ellos ofensivos- e intenso atrás, anulando al azulgrana Thomas Heurtel, autor de tan solo dos puntos.

A la sobresaliente actuación de Tavares (10 puntos y 13 rebotes), se sumó la regularidad de Facundo Campazzo, Rudy Fernández, Anthony Randolph y Fabien Causeur, cuatro jugadores que superaron los diez puntos. Todo ello en el último partido de la temporada en el Palau Blaugrana.

El aficionado azulgrana no falló. Ambiente ensordecedor en el anfiteatro; máxima eficacia en los primeros cuatro minutos del Real Madrid en el parqué .

Liderados por Rudy Fernández, autor de tres triples en apenas tres minutos y medio, los visitantes completaron un primer tramo de partido impoluto. Entraron los triples -cinco en el primer cuarto- y controlaron el rebote ofensivo, lo que les permitió gozar de una ventaja de 11 puntos (8-19, min.6).

Pedía tiempo muerto Svetislav Pesic para frenar la sangría. Con un Heurtel sin chispa en ataque, un hasta este viernes discreto Kevin Pangos, secundado por Singleton, conectó a los locales.

Tras el final del partido, el jugador mallorquín del Real Madrid Rudy Fernández reconoció que tenían "ansiedad" por conquistar esta Liga en el Palau Blaugrana después de haber dejado escapar dos títulos esta campaña con la Copa del Rey y la Euroliga, además de aseverar que hay que "seguir creyendo en este equipo".

"Era difícil después de la Copa del Rey, pero hay que seguir creyendo en este equipo. Y pese a los del CSKA, también. Hicimos un buen partido y hemos hecho una temporada increíble", manifestó el mallorquín en declaraciones a Movistar +. "Está claro que para perder finales hay que llegar también. Después de la Copa y de ese buen partido con el CSKA, teníamos ansiedad por ganar esta Liga y lo hemos demostrado durante toda la serie. Todo el equipo ha estado de diez", zanjó Rudy, que dedicó el título a su madre, presente en el Palau Blaugrana.