Robert Moreno, nuevo seleccionador español, sucede a su amigo Luis Enrique Martínez en el cargo con una sensación de "mucha tristeza", por la grave situación familiar que provoca su renuncia y de "responsabilidad a la vez".

"Doy las gracias a la Federación por su confianza. Es un día agridulce, más agrio que dulce. Siempre pensé llegar a ser primer entrenador algún día; pero no de esta manera", confesó en sus primeras palabras como seleccionador. Convencido de que los resultados marcarán el éxito o el fracaso de la apuesta de la Federación por un entrenador que nunca fue primero, Robert acepta sintiéndose preparado para el reto. "Tengo un sentimiento encontrado, de mucha tristeza y a la vez responsabilidad", dijo.

Después de asumir la responsabilidad en la decisión de sentar a David de Gea y ceder el testigo a Kepa, Robert anunció que habrá novedades en nombres. "Puede venir algún jugador que no ha venido y repetir algunos que no estaban en la última convocatoria". Admitió que "la filosofía es la de Luis" pero retocará cosas con sus decisiones. El objetivo del nuevo seleccionador es "dejar el trabajo que deja Luis en lo más alto y si puede ser llegando a la Eurocopa y ganándola".