Son Malferit explotó de alegría cuando el protestado colegiado valenciano Caparrós Hernández pitó el final del partido, que se prolongó eternamente. "Nos marcarán, nos marcarán, ya lo verás", decía un histérico aficionado blanquiazul recordando lo sufrido hace quince días ante el Racing de Santander.

No se repitió la historia y el Atlético Baleares pasó a la final por el ascenso pero Son Malferit fue más comedido en esta ocasión. "Tenemos que pasar esta eliminatoria ya que lo sufrido en la primera nos ha dejado tocados, pero seguro que hoy -ayer para el lector-pasamos", dijo Pep Plomer, que, como la mayoría de hinchas portaba una camiseta blanquiazul.

No se llenó el campo, quedaron entradas en taquilla antes de empezar el duelo, pero se rozó el lleno. "Esta eliminatoria es muy mala, es de transición, tienes la inseguridad por haber caído en la primera y sabes que te restan otros dos partidos para subir", reconocía Carles López.

El gol de Nuha en la primera parte animó a la parroquia local aunque seguían los fantasmas del día del Racing. "Hemos de marcar el segundo, ya", dijo Pep Toni Calafell. Transcurrían los minutos y, aunque el Melilla no inquietaba la portería de Carl Klaus, la tensión se mascaba en Son Malferit.

Sí que la afición explotó con el pitido final y Son Malferit retumbó con gritos de "sí se puede, sí se puede" y "Atlètic, Atlètic...". Los hinchas se abrazaron y resoplaron. "Lo hemos conseguido. Ahora a darlo todo en 180 minutos y a por el ascenso. Este año sí que lo lograremos. Ahora a ver si el Albacete elimina al Mallorca y sería la noche ideal", manifestó Luis Rodríguez.