Mallorca y Atlético Baleares están donde querían allá por el mes de julio del pasado año. O por lo menos lo hubieran firmado, con ambos con el ascenso a tiro de piedra. El Deportivo de Pep Lluís Martí y el Mirandés serán los rivales de mallorquinistas y balearicos en la última eliminatoria para subir. Los de Vicente Moreno lo resolverán todo esta semana, con la ida el jueves en Riazor y la vuelta el domingo en Son Moix; los de Manix Mandiola, los dos próximos domingos, primero en Miranda de Ebro y la vuelta en son Malferit. Vienen emociones fuertes, jornadas de lágrimas, esperemos que de alegría en los dos bandos.
Partido inteligente el que jugó el Mallorca en el Carlos Belmonte, en un duelo que tuvo de todo. Tras una primera parte que dejó mucho que desear, en la segunda el equipo de Moreno se recompuso y, ayudado por el bajón físico del Albacete, fue el dueño del partido. Pudo incluso ganar el encuentro porque el mallorquín Tomeu Nadal tuvo tres intervenciones de mucho mérito. Pero se faltaría a la verdad si no se reconociera que también las tuvo el conjunto manchego, que obligó a Reina a varias paradas espectaculares, la última en el tiempo de prolongación. El guardameta mallorquinista pudo hacer más en el gol de Bela, pero con sus intervenciones salvó a su equipo.
A diferencia de la eliminatoria contra el Albacete, cualquier resultado que se dé en la vuelta igual a la ida, beneficia al Mallorca. Un dato a tener en cuenta.
Puede sonar a utopía, pero Son Moix debe llenarse el próximo domingo en el partido del ascenso. Después de años de zozobra, deportiva y económica, con dos traumáticos descensos, es el momento de que todo el mundo se sume a la cita que hace seis años seis, está esperando. Es ahora o a saber cuándo. El estadio debe ser un clamor el domingo para lograr lo que sin duda sería una hazaña que muy pocos han conseguido, subir de Segunda B a Primera en dos años. Ahora hay que apoyar. Ya habrá tiempo de repartir laureles, con muchos candidatos a una temporada excepcional.
Con sufrimiento, como no podía ser de otra manera, el Atlético Baleares se ha ganado el derecho a disputar la última eliminatoria del ascenso a Segunda División. El objetivo está más cerca que nunca. De nuevo en un gran ambiente -aunque son Malferit no se llenó a la espera de la ronda decisiva-, el gol al Melilla de Nuha Marong, el hombre más determinante en este final de temporada, clasifica al conjunto de Mandiola, que se medirá los dos próximos domingos al Mirandés. Queda un último esfuerzo después de una temporada agotadora, interminable. Pero vale la pena realizarlo porque espera el premio gordo. Lo que puede suponer el ascenso para el club de la vía de cintura es incalculable, con el esperado traslado al Estadi Balear, que supondrá un salto de calidad en todos los sentidos.
Otra gesta, que ha quedado tapada por el omnipresente fútbol, es la que ha protagonizado el nadador de Sóller Joan Lluís Pons. El finalista en los Juegos de Río logró ayer la mínima en los 400 estilos para el Mundial de Corea del Sur, una gran noticia a un año de los Juegos de Tokio. El nadador del CN Sant Andreu se pone en forma justo en el momento oportuno, cuando llega lo mejor. Clase tiene de sobra.
Jorge Lorenzo lleva la negra.. No solo no gana, ni tan siquiera roza los puestos de podio, sino que arrolla a sus rivales en una caída. La Honda se le resiste tanto como la Ducati.
