La Junta de Govern del Institut Municipal de l'Esport (IME) aprobará mañana el concurso para la contratación de las obras para la reparación y adecuación de las piscinas municipales de Son Hugo. La reparación, cuyo importe total asciende a 3.794.134,43 euros, consiste en la reparación de los vasos, reforma de las instalaciones de producción de calor, perforación de sondeos, aprovechamiento de aguas subterráneas y el conducto de la aspiración exterior de la UTA.

Una vez se conozca, por concurso abierto, la empresa constructora que se encargará de las obras, dispondrá de un plazo máximo de seis meses para que la piscina esté en condiciones de uso, por lo que se espera que para antes del verano del año 2020 los usuarios puedan utilizar una piscina cerrada al público desde 2017.

Inauguradas en 1999, con motivo de la Universiada de Palma, las piscinas municipales de Son Hugo pretendían ser un modelo. De hecho, durante algunos años fue un centro de referencia a nivel mundial. Con dos piscinas olímpicas de 50 metros, una interior y otra exterior, y otra cubeta específica para los saltos de trampolín, su innegable calidad ha estado lastrada por su excesivo coste de mantenimiento, con una capacidad de 8.000 metros cúbicos de agua.

Un mantenimiento que ha brillado por su ausencia en estos 20 años. Ni el PP ni el PSOE -que han dirigido la política deportiva de la ciudad- consideraron la necesidad de mantener una estructura complicada ya desde su construcción. Y que con el tiempo ha hecho que se desorbitara el gasto en energía. Por un lado, en Son Hugo se instalaron vasos metálicos; un método pionero en su día. El problema es que con el paso de los años, y por culpa del escaso o nulo mantenimiento, su estructura se ha deteriorado.