Rafel Nadal emprendió con una victoria plácida el camino hacia el que sería su duodécimo título de Roland Garros, al derrotar en primera ronda al alemán Yannick Hanfmann, procedente de la fase previa, por 6-2, 6-1 y 6-3 en una hora y 57 minutos. La senda de Nadal comenzó, sin embargo, con dudas. El germano, 184 del mundo con 27 años, salió agresivo, a jugarse el todo por el todo, y en el primer servicio dispuso de cuatro bolas de rotura. Duraron lo que tardó el mallorquín, número 2 del mundo, en domesticar los pelotazos del alemán, que jugaba su segundo partido en un Grand Slam, y lo hacía en una semivacía pista central de París.

Tras conservar su saque, Nadal decidió acabar con la broma y arrolló a su rival, sin concesiones, poniendo sobre la pista toda la diferencia que hay entre ambos en el ránking.

"Siempre es increíble jugar aquí, la nueva pista ha quedado muy bonita. Para mí es el torneo más importante de mi carrera", dijo desde la cancha el tenista, que se reencontró con una remodelada Philippe Chatrier, la central de Roland Garros, que el año que viene estará equipada de un techo retráctil.

En su dilatada carrera en París el mallorquín ha conocido inicios tormentosos, difíciles y otros plácidos. El de 2019 entrará a formar parte de la historia de estos últimos, algo que se podía prever por la entidad del rival. Hanfmann es un tenista poco ortodoxo. Nació con una deficiencia auditiva, que todavía arrastra, por lo que pide a los árbitros que eleven el tono a la hora de señalar la faltas. Tras terminar la secundaria, dudó entre seguir con el tenis o lanzarse a una carrera estadounidense. Optó por la segunda opción e ingresó en los Trojans de California del Sur, un club universitario, donde consiguió dos títulos y un diploma de relaciones internacionales. Su tenis se apoya sobre el derechazo, que trata de maximizar desde sus 193 centímetros de altura.

Poca arma contra un Nadal que llega en plena forma, tras haber levantado frente al serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo, el Masters 1.000 de Roma, su único título sobre tierra batida del año, una anomalía en el número 2, que suele dominar esta superficie.

Nadal parece haber dejado atrás el bache anímico y de juego que sufrió tras la lesión que le obligó a retirarse en marzo pasado en semifinales de Indian Wells ante el suizo Roger Federer.

Su siguiente rival será otro Yannick, en este caso Maden, otro tenista surgido de la fase previa, 115 del mundo a sus 29 años, debutante también en el cuadro final de Roland Garros, que venció por 7-6(0), 7-5 y 6-3 al belga Kimmer Coppejans, también clasificado. Nadal vio cómo su teórico rival en octavos, el georgiano Nikoloz Basilashvili, caía ante el argentino Juan Ignacio Londero.