El vetusto estadio de Mestalla se quedó pequeño este domingo para albergar la gran fiesta de celebración del Valencia con sus aficionados tras ganar la Copa del Rey ante el Barcelona (2-1) en el año del centenario de un club que no festejaba desde hacía once la consecución de un título.

Incluso antes de que aterrizara el avión del Valencia en Manises el estadio había comenzado a llenarse. Nadie se quería perder la fiesta y eso que la noche había sido larga.

Las tribunas altas fueran las últimas en abrirse al público después de que se llenara el resto del estadio y comenzaran a formarse colas en algunas de las puertas de entrada al coliseo valencianista.

Las casi dos horas que los aficionados tuvieron que esperar para que llegara el equipo al estadio no desanimaron a la afición, que no paró de cantar, hacer la ola y jalear a su equipo, mientras que por las pantallas del estadio veía el recorrido del autobús en el que viajaba la plantilla por las principales calles de la ciudad.

Pasaban unos minutos de las 19:00 horas cuando el autobús asomó por una abarrotada Avenida de Suecia (donde se ubica la fachada principal de Mestalla) que, con una larga traca y al grito de 'campeones, campeones' y 'Sí, sí, sí, la copa ya está aquí', recibió a sus jugadores.

Los futbolistas y los miembros del cuerpo técnico fueron saltando al césped de Mestalla y se subieron a una tarima ubicada en el centro del terreno de juego.

Los últimos en hacerlo fueron los cinco capitanes del equipo (Dani Parejo, José Luis Gayà, Jaume Doménech, Rodrigo Moreno y Geoffrey Kondogbia) acompañados del entrenador Marcelino García Toral y de la gran protagonista: la copa.

Mientras sonaba el ya clásico "We are the champions" de Queen, los futbolistas ofrecieron el trofeo a su afición, que respondió al grito de 'Campeones' con las bufandas valencianistas al aire.

Comenzó la fiesta. Los futbolistas bailaban y cantaban con su afición hasta que Parejo, el gran capitán, cogió el micrófono para dirigirse a una hinchada entregada que coreó sin cesar su nombre. Las lágrimas asomaban en los ojos del jugador madrileño, que fue rodeado y abrazado por sus compañeros.

"No me voy a extender mucho porque me voy a emocionar y no puedo. Gracias todos por cumplir un sueño, darnos el aliento, creer en nosotros en los momentos mas difíciles", señaló.

"Conseguimos el gran objetivo de entrar en Liga de Campeones por segundo año consecutivo y ahora tenemos que daros las gracias a vosotros, a la gente que tuvo la suerte de viajar a Sevilla, de disfrutar con nosotros porque fue increíble. Nosotros ganamos en el campo, vosotros en la grada. Aquí he conseguido mi primer título y me gustaría seguir sumando más", agregó.

A continuación fue el turno de Marcelino, quien fue manteado por sus futbolistas antes de poder hablar.

"Muchas gracias de corazón. Según veníamos hacia aquí nos hemos dado cuenta de que hemos hecho felices a muchísima gente, nos sentimos orgullosos de ello. Es una felicidad muy grande para nosotros hacer felices a los demás", dijo.

"Dar las gracias a esa gente que ha sufrido para al final disfrutar, especialmente a los jugadores, a esta plantilla de la que me siento orgullosísimo y saber que me hicisteis el hombres más feliz del mundo ayer", prosiguió.

El técnico asturiano aseguró que la plantilla tenía menos experiencia que el Barcelona pero "en corazón, seguro" que no les iban a ganar. "Es el corazón de esta plantilla que es el mismo que el vuestro. Tenemos que trabajar siempre juntos para hacer un Valencia campeón", subrayó.

El acto concluyó con la vuelta al campo de todos los jugadores y cuerpo técnico para ofrecer la copa a una afición entregada, que estaba ávida de celebraciones y que confía en no tener que esperar otros once años para repetirlo.