Hércules y Atlético Baleares afrontan esta tarde (19 horas) un partido descafeinado, sin nada en juego, correspondiente a la última jornada de la división de bronce del fútbol español. Segundo y primer clasificados se ven las caras en el José Rico Pérez, en un choque en el que evitar posibles lesiones o sanciones es la máxima del partido.

Ambos conjuntos llegan a la última jornada con los deberes hechos. La victoria del Baleares el pasado domingo en Son Malferit ante el Lleida confirmó el alirón blanquiazul y restó toda la trascendencia a este último encuentro de la liga regular entre los dos mejores equipos del Grupo III.

"Seguro que a los que van a jugar este partido no les sobra", reconoció ayer Manix Mandiola en la rueda de prensa previa al partido. "Es un encuentro para que nos hagan pasillo en reconocimiento y es un buen sitio para que los jugadores se muestren y se reivindiquen", señaló.

En ambos onces se espera una revolución. El técnico de Eibar dará minutos a jugadores que tan siquiera se han vestido de corto durante el curso. Es el caso de los fichajes llegados en el mercado invernal: Manu Herrera y Ody Alfa. "No hay que correr riesgos con lesiones ni tarjetas, pero queremos dar una buena imagen e intentar ganar el partido aunque cambiemos algunas piezas. Convocamos 18 jugadores y mantenemos la normalidad. Somos el equipo que ha ganado la Liga y no podemos ir a pasearnos, debemos dar una buena imagen y si podemos ganar, mejor", resaltó.

Lluís Planagumà, entrenador del Hércules, ha preparado el encuentro con la máxima intensidad, ya que considera muy importante que su equipo mantenga la dinámica ganadora, si bien reservará a algunos jugadores con problemas físicos o amenazados de suspensión por tarjetas.

La posibilidad de vencer al campeón y la de sumar la vigésima victoria de la temporada, lo que igualaría 26 años después el récord histórico del club en la categoría, son los argumentos a los que se agarra el Hércules como motivación para este compromiso. Juanjo Nieto, Pol Roigé y Carlos Martínez, habituales en las alineaciones del técnico, están a una amarilla de la sanción, por lo que lo más probable es que ni siquiera estén en el banquillo de los suplentes.

En el caso del Atlético Baleares, Marc Rovirola y José Peris son los únicos futbolistas de la plantilla blanquiazul que están a una sola tarjeta de ser apercibidos, por lo que en la lista de jugadores que viajen mañana a Alicante es muy probable que Mandiola les deje en tierra. El técnico deberá hacer tres descartes antes de poner rumbo al Rico Pérez.