La violencia en el fútbol pitiuso dejó el sábado un nuevo episodio, con una pelea en la que se vieron implicados aficionados y jugadores tras un partido de juveniles. Fue tras el tenso encuentro que se disputó en el campo municipal de Santa Eulària, que enfrentó a la Peña Deportiva B y la Penya Blanc i Blava, que ganaron los locales por 3-2.

Según una testigo presencial de los hechos, que prefirió preservar su anonimato, poco antes de acabar el partido un aficionado del club de Vila increpó a la madre de un jugador peñista. Fue entonces cuando un hombre salió en defensa de la mujer y se dirigió al seguidor de la Penya Blanc i Blava. La discusión fue a mayores y se desencadenó una pelea.

Los espectadores que había en el campo, de uno y otro equipo, intentaron calmar los ánimos, pero la situación, ya con el encuentro finalizado, se complicó cuando varios futbolistas del equipo de la Penya Blanc i Blava, según las fuentes consultadas, subieron a la grada y participaron en el tumulto. El altercado continuó fuera del estadio, concretamente en el interior del pabellón municipal de Santa Eulària.

Responsables de la Peña Deportiva llamaron a la policía y acudieron al lugar de los hechos cuatro patrullas de la Policía Local de Santa Eulària y, posteriormente, también agentes de la Guardia Civil, así como una ambulancia. Con la presencia de las fuerzas de seguridad finalmente se calmaron los ánimos.

Desde el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Santa Eulària informaron, sin embargo, de que todo comenzó con una discusión entre dos chavales, ante la que un adulto intentó mediar. Acto seguido alguien del equipo visitante, la Penya Blanc i Blava, también se unió al tumulto e interpretó que "en vez de mediar estaba encarándose con el otro chaval" y ahí comenzó la pelea entre los adultos. Varias personas más intentaron parar la pelea y se formaron "grupitos que se enfrentaban entre ellos, verbalmente sobre todo". Tras los hechos se identificó a cinco personas, pero no constaba ninguna denuncia sobre lo sucedido.

La Penya Blanc i Blava pidió ayer disculpas por los sucesos acaecidos. Vicent Marí, alcalde de Santa Eulària, se pronunció en Twitter sobre lo sucedido. "El deporte debe ser compañerismo, superación y amistad. En ningún caso la rivalidad puede convertirse en violencia. Lamentables los hechos ocurridos en un partido de juveniles. Jugadores, entrenadores y aficionados debemos velar para que no ocurran nunca más este tipo de peleas", dijo.

Quien también opinó sobre lo sucedido ayer fue Vicente Bufí, delegado insular de fútbol. Se enteró de los hechos a través de Diario de Ibiza y lamentó lo sucedido. A la espera de conocer lo que refleje el árbitro del encuentro, Guillem Martínez Brunett, en el anexo del acta, aseguró que hay que erradicar estos comportamientos. La Penya Blanc i Blava, que se está jugando el ascenso a Liga Nacional, vio ocho cartulinas amarillas y dos rojas. Los peñistas acabaron con 4 amarillas.