El mallorquín Lluís Borrás, de 25 años de edad y con residencia en la palmesana barriada de s'Indioteria, es el ciclista que la organización de la Mallorca 312 descalificó el sábadoMallorca 312descalificó el sábado tras completar en primera posición la versión más corta de su marcha, de 167 kilómetros de recorrido. Una drástica medida que se adoptó al confirmarse -tras admitirlo inmediatamente el propio protagonista- que había participado en la multitudinaria prueba con el dorsal e identidad de otro corredor. El 1.245, adjudicado a Francisco Javier García Muñoz.

La organización de la Mallorca 312, que dirige Xisco Lliteras, mantiene en estudio el caso desde el sábado y se plantea la posibilidad de actuar, incluso vía judicial, contra Lluís Borrás y el ciclista que le cedió el dorsal. Sobre todo, al entender que son víctimas de "una trastada" y que la irregularidad detectada podría haberles perjudicado especialmente "a nivel de responsabilidad civil" en caso de accidente. "Hay gente que tiene más piernas que cabeza", lamentó Lliteras.

De la misma forma, el presidente de la Federació Balear de Ciclisme (FCIB), Fernando Gilet, está decidido a tomar cartas en el asunto y ayer anunció que llevará el tema a la próxima junta directiva de la entidad, proponiendo trasladarlo de oficio al Comité de Competición, por entender que hay serios indicios de una "conducta antideportiva". Y que ese proceso podría acarrear incluso alguna medida disciplinaria a Borrás, aunque "la Mallorca 312 no es una prueba de competición" y que se desarrolló "sin árbitros".

El propio Lluís Borrás admitió ayer a DIARIO de MALLORCA ser él quien terminó primero la prueba más corta de la Mallorca 312 con un dorsal cedido por otra persona. "No lo hice con mala intención, ni para ganar", explicó el joven palmesano. Uno de los mejores ciclistas de categoría amateur que compiten en las pruebas de ruta que se organizan en Mallorca y muy conocido en los ambientes ciclistas de la isla. "Un familiar me ofreció estar en la Mallorca 312 con el dorsal de un amigo suyo que se había inscrito y que no podía participar. Estoy dispuesto a pedir disculpas a la organización de la prueba. Yo no quiero perjudicar a nadie, e incluso si me vetan la participación en próximas ediciones lo entenderé", precisa Lluís Borrás sobre todo lo ocurrido.

Igualmente, el gran protagonista del caso, sobre el que incluso se plantea una posible situación de "suplantación de identidad", explica que esprintó para ganar ante dos ciclistas extranjeros -el alemán Philipp Schulze y el belga Bart Van Kerkhoven- después de que le "puteasen" a lo largo de los últimos kilómetros de la prueba. "En la Mallorca 312 no hay premios. No lo hice para ganar nada. Me putearon y por eso decidí esprintarles y ganarles", dice Borrás.

"Cuando crucé la línea de meta fui yo mismo quien inmediatamente avisé a la gente de la organización que me atendía que yo no era Francisco Javier, después vinieron dos chicas y me anunciaron que me descalificaban", relató Lluís Borrás sobre lo ocurrido. Mientras, el presidente Fernando Gilet lamenta que se pueda haber "perjudicado la imagen de la Mallorca 312 y de su organización" con una "conducta peligrosa que atenta contra la deportividad y con muchos riesgos".

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