Ascienda o no el primer equipo a la Liga 123, el Atlético Baleares está convencido de que la próxima temporada la iniciará en el remodelado Estadio Balear a finales del próximo mes de agosto. Eso sí, con una sola grada, la tribuna cubierta, que de cara al exterior está prácticamente finalizada, a falta de pequeños detalles.

La incertidumbre en torno a si el equipo de Mandiola asciende a la categoría de plata -es líder con siete puntos de ventaja sobre el segundo a falta de cinco jornadas, por lo tanto con la eliminatoria del ascenso casi asegurada- condiciona el ritmo de las obras. El club garantiza que el traslado al estadio en agosto es seguro. Empezará la temporada, en Segunda A o Segunda B, con una sola grada, la cubierta, a la espera de que se complete el estadio con el resto de gradas, la sol y las de gol.

"Estamos en una fase de nervios", comenta una persona que sigue muy de cerca las obras y que prefiere mantenerse en el anonimato, en consonancia con el celo con el que la entidad lleva la política de comunicación respecto al estadio. "Es cuando todo tiene que ir encajando con el trabajo de los ingenieros, electricistas y fontaneros, entre otros", añade esta fuente a este diario.

Estaba previsto que ayer se colocaran las torres de iluminación, de unos 38 metros cada una, pero se ha retrasado por tener que realizar un ajuste en la parrilla de los focos.

El Atlético Baleares debutará a finales de agosto con una grada en tribuna cubierta con capacidad para unos 3.400 espectadores, suficientes para que presente un gran aspecto. En Son Malferit acuden cada dos domingos unos 1.800 aficionados y el club espera para la próxima temporada, sobre todo si se asciende, una demanda de un mínimo de 2.500 abonos. Cuando el resto de las gradas del estadio estén finalizadas -"la grada sol es muy fácil de construir, es como un mecano, prefabricado", apuntan desde el club-, la capacidad del estadio será de entre 6.000 y 7.000 espectadores, unos cinco mil menos que antes de la reforma.

Con el paso de los días y de las semanas, el equipo dirigido por el arquitecto Juan Carlos Vidal se ha ido encontrando piedras en el camino, más imprevistos de los deseados. Así, para las gradas de sol y de los fondos, la idea inicial era mantener las cinco primeras filas, pero se han visto obligados a derribarlas porque había serio peligro de hundimiento. Al final, las gradas no cubiertas tendrán entre siete y nueve filas.

El club, que trabaja en el estadio Balear desde el pasado mes de septiembre, ya ha solucionado el problema más grave a la hora de acometer la obra, la estabilidad de la estructura. Para ello, se ha introducido más de dos metros y medio de hormigón en los cimientos para dar solidez a todo el estadio. "Es lo que no se ve", señalan desde el estadio Balear.

El presupuesto de la obra asciende a tres millones de euros, partida de la que se encarga el propietario del club Ingo Volckmann. La única de la que no se hará cargo es la instalación del césped natural, sufragado por el Ajuntament de Palma con medio millón de euros, aunque desde el club apuntan que puede aumentar. Si es así, será el propio Volckmann quien se responsabilice del sobrecoste que se pueda producir.

Fullana: "Vamos a por el campeonato"

Francesc Fullana, capitán del Atlético Baleares, habla claro sobre las intenciones del equipo en esta recta final: "Está claro que en la posición que estamos iremos a por el campeonato. El discurso ha sido de ir paso a paso. Ganando al Levante somos equipo de play-off y queremos consolidar la primera posición porque nos daría más opciones de subir a Segunda". "Lo que estamos haciendo es muy difícil y debe saberlo la gente", comenta.