Diario de Mallorca

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MINUTO 91

Bien situado en la hora decisiva

El Mallorca encajó ayer un duro varapalo en Córdoba, pero llega a las últimas diez jornadas bien colocado para intentar meterse entre los seis mejores de la competición.

Baba intenta driblar a Miguel Flaño en el partido de ayer en el Nuevo Arcángel de Córdoba. Lof

La jornada de este fin de semana ha dejado clara una cosa: ningún equipo va a regalar nada, ni un palmo de terreno en la búsqueda de sus respectivos intereses. Lo ha podido comprobar el Albacete, a quien el Tenerife le birló la victoria en el último minuto; el Granada, que cedió ante un Numancia sin rumbo; el Málaga, que no pasó del empate en su campo ante el Sporting y, por supuesto, el Mallorca, que cayó ante un Córdoba que hacía tres meses que no ganaba en su estadio. Cuando entramos, ahora sí, en los diez últimos partidos de la Liga, el momento en el que se decide la temporada en palabras del sabio Luis Aragonés, hacer pronósticos es como hacer rayas en el mar. De nada sirve que te midas a un equipo de la zona de abajo -que se lo digan al Mallorca-, ni que juegues ante un rival teóricamente superior. Es el tramo de la temporada en que más quinielas se rompen porque las sorpresas están a la orden del día.

Por eso hay que quitar dramatismo a la derrota de ayer. Siendo importante, entra dentro de lo previsible porque cualquiera puede ganar a cualquiera. Es verdad que la derrota es un varapalo para las aspiraciones del equipo en una jornada en la que mejor no pensar dónde estaría si hubiera ganado porque todos los de arriba, menos Osasuna -con un pie en Primera- han fallado en esta jornada.

Cuando encajas tres goles, que pudieron ser cuatro si el Córdoba hubiera marcado el penalti que falló De las Cuevas, se hace difícil poner excusas. Si la defensa es un coladero, como ayer, es imposible ganar. Y ese fue el error del Mallorca ante un Córdoba que desde el primer minuto se vio que le iba la vida en el partido. Y ya se sabe que cuando el hambre aprieta estás dispuesto a cualquier cosa.

El empate del Atlético Baleares ha tenido nula trascendencia en la clasificación ya que, salvo el Hércules, el resto de perseguidores también han fallado. El Ebro cumplió con creces con la fama con la que venía precedido. Lo definió Mandiola, una vez más, a la perfección: "Es como nosotros, pero a lo bestia". La nota positiva es que el equipo sigue sin encajar, es una roca ante cualquier rival. Una gran noticia de cara al play off de ascenso, que ya nadie duda de que jugará. Falta saber si como primer clasificado o no, pero la cosa pinta bien.

La peor noticia del fin de semana ha sido sin duda la grave lesión del piloto mallorquín Augusto Fernández, con una doble fractura del cúbito y radio en los entrenamientos del Gran Premio de Argentina. Un contratiempo que obligará al piloto de Sito Pons a parar un tiempo. La carrera la ganó, y ya deja de ser noticia, Marc Márquez con la gorra, con más de quince segundos de ventaja sobre el segundo. Jorge Lorenzo sigue con su adaptación a la moto y logró una mediocre duodécima posición. Mir se tuvo que retirar. Esto acaba de empezar y hay que dar tiempo a los mallorquines.

Baloncesto y fútbol sala, la cara y la cruz. El Iberojet Palma volvió a ofrecer su mejor cara con una aplastante victoria sobre el Melilla Baloncesto (79-65) y ya va sexto. Pensar dónde estaría el equipo de Alonso si hubiera sido un poco, solo un poco, más regular, da grima. Por su parte, el fútbol sala decepcionó al no lograr ni siquiera un empate ante un Peñíscola que la clasificación indica que es peor.

Piqué. El azulgrana ha sido protagonista por su participación en el programa de humor de David Broncano. Para lo bueno y para lo malo está claro que estamos ante un futbolista diferente.

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