“Es que todavía no me lo puedo creer”, reconoce Juanma Vázquez escéptico. Este aficionado del Real Mallorca vivió este domingo en el Nuevo Arcángel un episodio inverosímil junto a su mujer, Mabel Navarro, y su pequeña hija de tan solo cinco meses, Sofía.

“Todo empezó al llegar a la taquilla de entrada al estadio”, recuerda el mallorquinista, quien viajó a Córdoba, vía Sevilla, para presenciar el encuentro que disputaba su equipo ante el conjunto andaluz: “Cuando vamos a pasar por los tornos la vigilante de seguridad nos dice que no se puede entrar con carrito de bebé. Algo extrañados le preguntamos si, por lo menos, pueden guardarnos el cochecito y nos asegura que no hay ningún espacio para dicho cometido”.

“¿Y ahora qué hacemos? Venimos de Mallorca solo para ver el partido”, insistieron ante la negativa de vigilantes y empleados del club. La tensión y la incertidumbre fueron en aumento hasta que un trabajador del Córdoba ofreció la opción de que pagaran una entrada a la pequeña a cambio de guardar los bártulos.

“Puedo entender que no quieran que subamos el carrito por un tema de seguridad, pero lo que no me cabe en la cabeza es que no tengan un sitio para dejarlo. En Son Moix no hay jornada en la que no vea 5 o 6 cochecitos de bebé por partido. Estamos en pleno siglo XXI. Todo el mundo está sentado, no hay bengalas, ni tracas, ni botes de humo...”, asevera Juanma Vázquez a este diario.

Por si el esperpento no fuera poco, cuando se dirigen a las taquillas para sacar un billete a la pequeña Sofía, se dan de bruces con un mayor disparate. “Veinticinco euros nos cobraron por la entrada de Sofía, cuando el asiento más caro que venden en el Nuevo Arcángel a un menor no supera los 17 euros”, asegura.

Finalmente pagaron, entraron en el estadio, presenciaron la derrota de su equipo y se marcharon de Córdoba con un buen enfado. “Decidí publicar un tuit contando lo ocurrido para evitar que pase nuevamente. La información empezó a correr como la pólvora y en la noche del domingo recibí la llamada del Mallorca para informarse de lo ocurrido”, señala Juanma. “Ha sido ya este mediodía cuando me ha telefoneado el presidente del Córdoba, Jesús León, para pedirme disculpas y asegurarme de que no estaba al corriente de lo ocurrido”, reconoce.

Al corriente o no, lo cierto es que no es la primera vez que la entidad andaluza vive un episodio semejante. En 2016 se viralizó la historia de unos padres que denunciaron el abuso del club al cobrar 10 euros por la entrada de un bebé de dos meses en el partido que enfrentó al Córdoba B y al Jaén.

“Sin ir más lejos”, recuerda Juanma Vázquez: “Hace dos meses acudimos al Ramón de Carranza a ver el partido del Mallorca y los mismos empleados del Cádiz, al vernos con una niña tan pequeña, nos cedieron un palco porque era un día en el que hacía mucho frío y querían que pudiéramos estar bajo cubierto”.