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Minuto 91

El momento más dulce del Baleares

El conjunto blanquiazul está cada vez más asentado en el liderato del Grupo III de la Segunda B. Como el Mallorca, ya no puede esconder su objetivo real en esta temporada

Marcos Jiménez de la Espada, autor del gol de la victoria del Atlético Baleares, controla el balón, ayer. B. Ramon

Primero se hablaba de permanencia, y ahora ya nadie oculta en el Mallorca que el objetivo es la sexta plaza, entre otras cosas porque de lo contrario sería de tontos; lo mismo ocurre en el vecino Atlético Baleares. La máxima aspiración, o mínima, era meterse entre los cuatro primeros. Y como que este objetivo está conseguido salvo debacle descomunal en los doce partidos que restan, lo que prima ahora es mantener la primera plaza que le daría la posibilidad de ascender de forma directa a Segunda División superando una única eliminatoria.

Está claro desde hace tiempo que Mandiola es la estrella del Atlético Baleares. Con una personalidad arrolladora, el veterano técnico vasco ha conseguido en un año en la isla -aterrizó el 5 de febrero del pasado año- generar una ilusión entre los aficionados balearicos que no se recordaba por estos lares. Concretamente desde hace más de cinco décadas, la última vez que el club blanquiazul militó en la categoría de plata. Ahora, con la ilusión del traslado al Estadio Balear, la auténtica casa de los balearicos, este objetivo es más real que nunca después de años de miseria e incluso al borde de la desaparición. El Atlético Baleares de Ingo Volckmann no es solo Mandiola. En el campo, capitaneados por Fullana, hay una serie de jugadores que demuestran cada domingo que la privilegiada posición que ocupan no es por casualidad. Desde la experiencia de Vallori a la seguridad defensiva de Álvaro Vega; del carácter ofensivo de Kike López a la sapiencia táctica de Villapalos; y de la velocidad de Canario a la calidad de Samu, pasando por la capacidad goleadora de Marcos. Un equipo que ilusiona, que es más líder tras la jornada de ayer y que empieza a creérselo.

El Mallorca protagonizó la decepción de la jornada. A lo mejor antes del partido se hubiera dado por bueno un punto, pero después del mismo no. Por segunda vez esta temporada, el equipo de Moreno ha tirado por la borda dos goles de ventaja a domicilio. Primero fue en Zaragoza y el viernes en el Heliodoro Rodríguez López ante un equipo que ni se acordaba de cuándo fue la última vez que marcó un gol. Al Mallorca le endosó dos, y pudieron ser más si no llega a ser por la gran actuación de Reina. Está claro que el Mallorca tiene un problema en los desplazamientos y, aunque todavía es posible conquistar la sexta plaza, va a ser prácticamente imposible si no empieza a sumar de tres en tres lejos de Son Moix. Cuando se pone en ventaja, al equipo le entra vértigo, lo que da para un tratado de psicología.

Messi y Piqué. El argentino y el catalán han sido protagonistas esta semana por distintos motivos. El primero, por su enésimo triplete, en esta ocasión al Sevilla. Él solo derrotó al equipo de Machín en una nueva demostración de que es el mejor jugador de la historia. Pasan las jornadas, los años, y Messi sigue como el primer día, cumpliendo en cada partido, sea un trámite o una final. Su compañero Piqué destaca en el campo y también fuera de él. A pocos días de la disputa de dos 'clásicos' de forma consecutiva, el central ha calentado el ambiente calificando a los jugadores de baloncesto del Real Madrid de "llorones" por las quejas por la última jugada en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona. Hay momentos y momentos para hablar, y está claro que Piqué no eligió el mejor.

Enric Mas. El artanenc ha finalizado cuarto en la Vuelta al Algarve, su primera cita de un calendario que tendrá su punto culminante en julio con el Tour. Habrá que seguir muy de cerca al líder del Quick Step.

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