El Atlético Baleares no es líder del grupo tercero por casualidad. Como tampoco lo es que solo haya encajado un tanto en los últimos siete partidos, un balance que explica el motivo de su despegue. Los mallorquines se están mostrando en 2019 como un bloque sólido, sin fisuras y con margen de mejora, por mucho que ya ocupen esta primera plaza. Ahora deben defender esa plaza que tanto ha costado alcanzar, aunque si mantienen las mismas prestaciones que en lo que se lleva de año, hay suficientes motivos para el optimismo.
Curiosamente desde la dolorosa derrota en Lleida (3-2), con una actuación muy criticada del meta Carl Klaus, el equipo ha dado un salto muy importante a su rendimiento ofensivo y, sobre todo, defensivo.
En el mercado invernal llegó un portero contrastado para Manix Mandiola, algo que reclamaba desde el verano, pero Manu Herrera, con experiencia en la elite, se ha quedado en el banquillo. El técnico vasco está premiando el buen trabajo de Klaus, que está atravesando su mejor momento como blanquiazul. El germano, de 25 años, ha elevado su nivel sustancialmente y el preparador ha conseguido dar con la tecla en su sistema defensivo. Vallori y Álvaro Vega ofrecen mucha seguridad como centrales y Kike López se adaptando a la posición de lateral derecho con solvencia. Y en el lateral izquierdo Peris, que dio el triunfo en Cuenca con un gran gol actuando en el perfil diestro, está convenciendo, aunque Biel Guasp y Rubén están en la recámara.
No obstante, la mejora atrás también viene porque el equipo está actuando con mucha intensidad y dificultando la salida de balón de los rivales, que tampoco les crean las mismas ocasiones que en la primera vuelta. 2019 empezó con una victoria de prestigio ante el Hércules, rival directo en la lucha por el ascenso, y continuó con dos empates ante el Castellón y Alcoyano (0-0). El único tanto que ha encajado fue en la goleada ante el Ejea (4-1). Después siguió sin recibir en el empate en Sabadell (0-0) y en las victorias ante el Peralada (1-0) y Conquense (0-1). De hecho, Klaus no ha vuelto a recoger ningún balón de dentro de su portería desde aquel duelo con los aragoneses. Son 351 minutos imbatidos, una cifra que aspira a seguir aumentando en este tramo decisivo de la competición. Sería una gran noticia.
