Quizá este partido, otro que quedará para la historia, lo empezó ganando el pasado martes el director deportivo, José Tirado, poniendo bajas notas a su plantilla sobre su rendimiento de esta temporada. El vestuario se molestó, con o sin razón, ya que ese es otro debate, pero lo que es seguro es que esas palabras picaron el orgullo de un grupo que ayer engulló al mejor equipo del mundo (2-1).

El Palma Futsal Es imposible ponerle otra calificación. Lo hizo todo bien ante el todopoderoso Movistar Inter, que acabó desesperado y hasta desquiciado, frente a los de Antonio Vadillo, que demostraron pegada, pero también una capacidad de sufrimiento bestial, incluso en inferioridad numérica. Los goles de Nunes y Quintela son los que dieron los tres puntos, pero también la intensidad defensiva de Tomaz y las increíbles intervenciones de Nico Sarmiento y de Carlos Barrón, que entró a la pista para detener un penalti a Ricardinho en un momento crucial y cuando el marcador ya reflejaba el 2-1.

Sin embargo, este triunfo es de todos, desde el presidente Miquel Jaume hasta el último de los cerca de cuatro mil aficionados que acudieron a un Son Moix que rozó el lleno. El Palau fue una fiesta para alentar a los verde pistacho e incomodar al campeón de Europa, que sobra recordar que multiplica por ocho el presupuesto de los mallorquines.

Este triunfo debe servir para alimentar la autoestima de un grupo que no se puede permitir el lujo de perder en Valdepeñas de una forma tan grosera como la pasada semana (3-2), y que necesita mirar hacia arriba justo cuando está a las puertas de la Copa de España de Valencia.

Los palmesanos fueron claros dominadores desde el pitido inicial y eso rápidamente se reflejó en el marcador. En apenas seis minutos de juego los de Vadillo ya dominaban por dos goles a cero gracias a los tantos de Nunes, que está en un fabuloso nivel, y Quintela, en dos grandes acciones de contrataque. Incluso pudieron ser más dianas, pero Jesús Herrero estuvo en su sitio. Hasta el ecuador de la primera mitad no entró en escena Nico Sarmiento, que tuvo una primera gran acción volando para despejar a córner el disparo de Solano. La otra oportunidad interista la tuvo Humberto, que también se topó con el meta argentino. Estas ocasiones despertaron a los madrileños y se entró en un momento del juego con alternativas, pero sin cambios en el electrónico.

La segunda parte arrancó con polémica. A los ocho segundos los árbitros expulsaron a Lolo por doble amonestación después de perdonar la roja directa a Bebe en la primera parte por una agresión sobre el propio cierre del Palma Futsal. Los isleños aguantaron el tipo con un jugador menos durante dos minutos y consiguieron que la decisión arbitral no les perjudicara en el marcador con un gran esfuerzo en defensa. Bruno Taffy, especialmente motivado, se quedó con las ganas con un disparo cruzado que desvió Jesús Herrero con el pie y que se paseó por su portería.

Le entraron las prisas a Jesús Velasco, que a nueve minutos para el final sacó portero-jugador para intentar cambiar la dinámica del partido. Y lo logró Humberto al colar el balón al fondo de la portería. Fue un momento importante porque, en la siguiente acción, el Movistar Inter se encontró con un penalti que le daba la oportunidad de empatar el encuentro, pero Barrón, que salió para defender esa pena máxima, detuvo el lanzamiento de Ricardinho para mantener la ventaja de los de casa.

Apretó el Inter, que empezó a demostrar nerviosismo, tal y como demostró su propio técnico, expulsado tras protestar de forma airada al árbitro. El Palma vendía cara su piel y se defendía como gato panza arriba para evitar el empate. Los últimos minutos fueron de auténtico infarto, pero el esfuerzo de los mallorquines sacaba sus frutos y se encontraban con un doble-penalti a favor a un minuto para el final. Taffy no acertó y eso hizo que el sufrimiento se alargara hasta el bocinazo final, pero Nico volvió a aparecer para llevar la euforia a la hinchada. Esta alegría mantiene al Palma Futsal en la pelea por la tercera plaza. Esa es su guerra.