Se cumplen hoy 365 días del aterrizaje de Javier 'Manix' Mandiola en Son Malferit. El panorama en el Atlético Baleares era desolador tras dos ceses de entrenador el mismo curso y con el equipo a seis puntos de la salvación.

La metamorfosis blanquiazul obrada por el técnico nacido en Eibar le salvó del descenso y, doce meses depués, los balearicos son segundos en la clasificación del Grupo III como si de un milagro deportivo se tratara.

Mandiola fue la elección de la dirección deportiva blanquiazul apostando por su experiencia en Segunda B. Ese era el rasgo diferencial respecto a Armando de la Morena y Horacio Melgarejo que debutaban ambos en la categoría en el papel de primer entrenador.

En la carta de presentación del vasco figuraban las dos temporadas en Segunda con el Eibar (2007/08) y el Alavés (2008/09) además del ascenso a la división de plata con los armeros (2006/07) y, cuatro temporadas después, el título de campeón de grupo en la categoría de bronce.

En su precedente más inmediato, Mandiola lidió con éxito en una situación similar a la que se encontraba en el Baleares sacando al Burgos de la zona de descenso la campaña anterior.

El técnico de 59 años afrontaba una situación familiar y desembarcó con un discurso directo y sin pelos en la lengua para tratar de levantar la moral a los más escépticos balearicos: "He visto que el tema estaba jodido y he venido a sacaros del pozo y salir todos juntos. De paso me he empadronado porque tengo muchas ganas de quedarme a vivir aquí".

Cada rueda de prensa y entrevista del eibarrés no dejaba a nadie indiferente. Aunque, lo más importante, es que el mensaje calara en un vestuario menguado en confianza y autoestima además de hundido deportivamente en la jornada 24 tras perder en Lleida. Entonces los de la Vía de Cintura eran decimoctavos a seis puntos del Olot, que marcaba la salvación.

Su debut frente al Elche en Son Malferit quedó marcado por el tanto de Nino en el descuento que privaba a los balearicos del triunfo. Dos puntos de doce posibles y la derrota por 3-0 en Badalona dejaban el proyecto de Ingo Volckmann casi sentenciado a volver a la Tercera División.

El milagro de Mandiola empezó a cimentarse por la solidez defensiva. Aulestia logró mantener su portería a cero en los siguientes cinco encuentros consecutivos y los blanquiazules enlazaron catorce de los dieciocho puntos en liza.

En los últimos cuatro encuentros, al Baleares le bastó con ganar los dos de Son Malferit para amarrar la permanencia. La victoria frente al Ebro (3-1) en la última jornada rubricó la hercúlea tarea de Mandiola para alivio de Volckmann y los dos mil sufridores que acudieron al encuentro.

El técnico vasco salió reforzado con su renovación pero la factura la pagaron los doce efectivos que abandonaron el barco. Entre ellos, dos buques insignia como Aulestia y Xisco Hernández.

Ocho nuevos rostros llegaron de cara a la temporada 2018/19. Destacaron Marcos de la Espada, Nuha Marong y Samuel Shashoua. La competición arrancó con un empate en el campo del Castellón y las únicas turbulencias llegaron con las tempranas derrotas en Ejea de los Caballeros, ante el Sabadell en Son Malferit y empatando en Peralada.

La explosión del inglés, con sus goles y asistencias al pollencí y al gambiano a partir de la sexta jornada frente al Conquense, disiparon toda duda. Los balearicos entraron por primera vez en playoff de ascenso en la undécima jornada y todavía no han abandonado esa condición ocupando actualmente la segunda plaza.

Números de ascenso

El balance de resultados de Mandiola en un año natural arroja diecisiete triunfos, diez empates y solamente nueve derrotas en los 36 encuentros dirigidos en Segunda B al Atlético Baleares.Once de esas victorias han llegado en la presente temporada, de las cuales diez han sido en Son Malferit.

La solidez como local está siendo el principal baluarte del equipo así como también la capacidad ofensiva. De los 47 goles marcados con el vasco en un año, 34 corresponden a este curso.