El guardameta Manu Herrera, de 37 años, ya es oficialmente jugador del Atlético Baleares. El madrileño ha sido presentado este mediodía y no ha escondido su ambición por convertirse en el portero titular del equipo que dirige Manix Mandiola: "Vengo a jugar, sería hipócrita decir lo contrario".

El madrileño es un cancerbero de una dilatada experiencia, que se formó en las categorías inferiores del Real Madrid, y que tuvo que curtirse en Segunda División B en las filas del filial del Levante. Dio el salto a la División de Plata cedido al Eibar y después regresaría a la entidad granota para hacerse con la titularidad del primer equipo, llegando a conseguir el ascenso a Primera división. "Nunca me había pasado quedarme sin equipo como sucedió en verano y en el mercado de invierno surgió esta posibilidad a raíz de una llamada de Manix. Me dijo que es un gran club, conozco al entrenador y sé que es una persona que va con la verdad por delante. No lo dudé, es una oportunidad preciosa para jugar. Vengo con muchísima ilusión de aportar y ayudar a mis compañeros", ha reconocido el guardameta.

"Vengo aquí a dejármelo todo, a dar la vida por este club. Vengo a jugar, sería hipócrita decir lo contrario, pero el que decide es el entrenador. Lo importante es que gane el equipo, más allá de egos personales", ha reconocido sobre la competencia que se abre en la portería con Carl Klaus:"Carl es un buen portero, sobrio y con ganas de mejorar, nos llevaremos bien".

Sobre las circunstancias que le han llevado a fichar por el Atlético Baleares, Herrera ha reconocido que aterriza en la isla "con una ilusión tremenda". "Tengo 37 años, pero tengo ilusión y ganas, si no, no hubiera venido y dejado a mi mujer embarazada de cinco meses en Elche. He venido solo porque quiero estar en el verde, está claro que quiero jugar cada domingo y vengo a eso, pero si me toca otro rol, me adaptaré", ha señalado.