Finalizada la primera vuelta de la Liga, el panorama que se le presenta a un Real Mallorca que ha acabado con 33 puntos es de lo más esperanzador, cuando el objetivo marcado como meta principal, sumar 50 puntos para tener asegurada la permanencia, parece estar a la vuelta de la esquina. Acaba, además, el equipo de Vicente Moreno esta primera fase liguera con una victoria de prestigio, aunque sea por la mínima, ante un Deportivo que le supera con creces en presupuesto deportivo, lo que sin duda era a priori una desventaja más que evidente.
Las sensaciones que deja este Mallorca que se sitúa en la octava posición liguera, pero a solo dos puntos de la zona de promoción de ascenso, son las de un grupo enchufado a la competición y que puede soñar con encumbrarse a esos puestos que le van a permitir volver a la categoría soñada, que no es otra que la Primera División. En otras circunstancias y antes de que el control financiero que la Liga ejerce sobre la competición fuera efectivo, sería el momento de invertir en jugadores que dieran el salto de calidad, pero ahora eso no es posible por aquello del límite salarial. El mercado de invierno para un equipo con las posibilidades presupuestarias del Mallorca da para lo que da pero, en caso de que no se pueda reforzar nada, Moreno sabe que cuenta con un grupo enchufado al que ha sabido sacar el máximo rendimiento. La afición es libre de soñar con que 2019 sea otro año de ascensos, al igual que lo fue 2018.
Un Atlético baleares con muchas bazas
Otros que están con patente para soñar con grandes objetivos son los balearicos. En su caso la competición ha completado ya la primera cita de la segunda vuelta, y aunque el empate a cero contra el Castellón pueda saber a poco, hay veces en que el riesgo de querer ganar los tres puntos te hace perder el que tienes asegurado con la igualada, la primera que se produce en Son Malferit. Los de Mandiola se han instalado por méritos propios en zona de play off de ascenso y lograr esa meta debe ser su objetivo irrenunciable.
Incógnita Nadal
Llega la hora de la verdad en este 2019 para Nadal, la de afrontar su primera cita importante en Australia. Es el momento de ver si el mallorquín anda recuperado de sus lesiones y puede ofrecer alguna gran alegría más en este año tenístico, en forma de torneo de Grand Slam, aunque si hubiera que apostar por uno sería por un nuevo triunfo en París. El manacorí sigue reinventándose y estrena en las Antípodas un nuevo saque que le permita seguir al nivel de los grandes, al que ya no pueden acceder otros como Andy Murray, cuya despedida anticipada entre lágrimas deja tocados a los amantes del mejor tenis. Habrá que ver y esperar.
