Rafel Nadal es el tenista más duro de la historia. Así lo han decidido diez jugadores en activo y 25 especialistas, entre los que se incluyen entrenadores, analistas y extenistas en un informe del New York Times. La encuesta coloca al tenista mallorquín, que a partir del próximo lunes intentará conquistar su segundo Abierto de Australia, después del logrado justo hace diez años, como el mejor profesional de la raqueta en juego mental, en resistencia y en partidos en que te lo tienes que jugar todo a vida o muerte.

En la encuesta para elegir a los actuales tenistas del circuito con los mejores golpes aparecen jugadores en activo como John Isner, Diego Schwartzman o Andrei Medvedev; Paul Annacone, exentrenador de Federer y Sampras; Patrick Mouratoglou, analista y entrenador de Serena Williams; el periodista del New York Times Christopher Clarey; Julien Reboullet, de L'Equipe y, entre otros, jugadores en activo y entrenadores que han preferido permanecer en el anonimato.

Además de destacar el juego mental, los participantes en la encuesta consideran a Nadal como el poseedor del mejor golpe paralelo del circuito, un golpe considerado por el rotativo norteamericano como "raro en el tenis moderno". Novak Djokovic le siguen en esta suerte del tenis.

El más difícil de batir

El campeón de diecisiete grandes es, a juicio de los entrevistados, el tenista más duro del circuito, el más difícil de batir por la gran resistencia que opone siempre a sus rivales, a los que exige lo mejor para tumbarle. El tópico de que un partido de tenis no se gana hasta la última pelota, cobra su máxima expresión cuando Nadal está en pista. La longeva carrera deportiva de Nadal -empieza su decimosexta temporada en el circuito desde que irrumpiera en 2003- está plagada de partidos en los que ha tenido que apelar a la heroica. Unas veces los ha ganado, la mayoría, y otras los ha perdido, pero cuando así ha sido, el rival de turno ha tenido que darlo todo y un poco más para superar al tenista de Manacor

Si esto es así es, además de por su indudable calidad como tenista, por su indiscutible fuerza mental. No es de extrañar que la mayoría se incline por el once veces ganador en Roland Garros en el apartado de a quién se elegiría a la hora de tener que jugarte un partido a vida o muerte. Es el jugador más fiable porque pocas veces falla y nunca da un partido por perdido.

En la larga lista de la amplia gama de golpes en el tenis, Nadal aparece en segundo lugar en cuatro apartados. Según los expertos consultados, el actual número dos del mundo posee la segunda mejor derecha del circuito, solo superada por la de Federer y por delante de la de Del Potro. En cuarto lugar en este capítulo aparece Fernando Verdasco. También aparece en segunda posición en el juego en la red, también superado por el suizo, un auténtico maestro en esta especialidad. Nadal posee el ratio más alto de puntos en la red, pese a que no sea una de sus especialidades. También es segundo a la hora de moverse en la pista, por detrás de Djokovic y delante de Federer. Los tres mosqueteros del tenis, los auténticos dominadores del circuito en los tres últimos lustros, siguen dominando esta especialidad pese a a haber superado con creces la treintena: Federer (37), Nadal (32) y Djokovic (31).

La derecha

Por último, aparece entre los cinco mejores en cuanto a golpes intimidatorios. Los analistas destacan su drive, particularmente desde el fondo de la pista. Es regular, potente y angulado. Su cambio de ritmo en los peloteos largos, acompañado de su particular rugido, causan todavía sensanción como si fuera la primera vez. La derecha de Del Potro, el primer servicio de Isner y el resto de Djokovic son otros de los golpes temibles entre los elegidos.

Aparece Nadal el tercero en el resto, por detrás de Djokovic y Murray, y el quinto en el revés a dos manos y en el toque.

Sorprende que en la larga lista de golpes, tanto Federer, Nadal y Djokovic aparecen prácticamente siempre entre los mejores. Está claro que el cambio de régimen en el tenis, dominado de manera tiránica por estos tres fenómenos en la última década, acabará algún día. Es ley de vida. Federer, con 37 años y veinte grandes a sus espaldas, ha insinuado que este podría ser su último año en el circuito; Nadal, que en junio cumple 33, no será eterno; y Djokovic, que cumplirá 32 en mayo, ve amenazado su liderato por la joven hornada capitaneada por Alexander Zverev, llamado a ocupar el reinado más pronto que tarde.

"Quedé sorprendido cómo escuchaba que entre los elegidos en muchas categorías aparecían siempre los tres mejores", afirma Stephen Tigmor, veterano periodista de Tennis Magazine. Si las lesiones le respetan, Nadal, que empieza su segunda temporada con Carlos Moyà de entrenador, confía en mantenerse en lo más alto del tenis unos cuantos años más y hacer honor a su fortaleza mental.