El Atlético Baleares ganó al Hércules (2-0) en Son Malferit en el primer partido del año, triunfo que sitúa como claros candidatos al ascenso a los de Manix Mandiola tras imponerse a uno de los gallitos del grupo III de Segunda B.

En un principio igualado, sin dominador y sin que ninguno de los dos equipos supiera imponer su juego, el Atlético Baleares golpeó primero. Nuha puso el pie para enviar a la red un centro de Kike López, en internada por la derecha a pase de Fullana, y los blanquiazules pusieron el duelo de su lado con solo 13 minutos de partido (1-0).

Intentó reaccionar el Hércules, que adelantó líneas. Pero al Baleares le gusta dar ese pasito atrás y sorprender en velocidad, a la contra. Así llegó el córner que dio origen al 2-0, en un remate inapelable de cabeza de Villapalos (m.18) en un balón que era un caramelo de Fullana.

Con el partido a su favor, en juego y resultado, el Baleares supo mantener su superioridad. Con su estilo, práctico atrás y buscando romper a la contra con balones en profundidad y por las bandas.

Hubo más ganas y lucha que fútbol hasta el descanso, aunque el Baleares pudo sentenciar en el descuento. Falcón salvó dos goles, primero en un mano a mano con Samuel y después enviando a córner un chut de Marcos.

Tras el intermedio, el partido siguió por los mismos derroteros. El Hércules salió con más agresividad, pero se topó con la solidez y pelea de un Baleares que sabe cuáles son sus virtudes.

Lluís Planagumà realizó dos cambios y el Hércules dio un paso más, pasando a dominar el duelo. Más por ímpetu que por juego, pudo llegar hasta las inmediaciones de Carl, pero envió el balón al larguero con media hora por delante. Un par de minutos después, Carl enviaba a córner un remate de Carlos Martínez.

No volvió a sufrir el Atlético Baleares, porque el Hércules solo llegó al área en un par de balones bombeados y en una falta muy lejana que Candela envió a las manos de Carl.

Los minutos finales fueron mucho más cómodos de lo esperado y el Atlético Baleares selló su décima victoria liguera, la octava de forma consecutiva en Son Malferit para certificar que son el mejor equipo del grupo como local. Los de Manix Mandiola se instalan en la tercera posición y ya piensan en mucho más que la salvación.