El deporte es sano. Y ahora, además, debe ser sostenible. Una máxima que se intenta aplicar desde el Ajuntament de Palma a través del Institut Municipal de l'Esport (IME), que apuesta por el ahorro energético y el mínimo impacto medioambiental en los proyectos de reforma o construcción de sus instalaciones. 'Eficiencia energética y sostenibilidad' es el principio en el que se deben basar sus instalaciones.

Es el caso de Son Hugo, que 20 años después de su inauguración debe ser de nuevo una referencia en el deporte mallorquín y nacional. Así se mostró en el I Congreso Nacional de Eficiencia Energética y Sostenibilidad en Instalaciones Deportivas, celebrado en febrero de 2018 en Palma y en el que se expusieron los principios fundamentales de un proyecto que verá la luz, si todo va bien, en el primer trimestre de 2020. El coste será finalmente de 3,7 millones, más de lo inicialmente previsto (2,5) al aposarse por la energía renovable.

Inauguradas en 1999, con motivo de la Universiada de Palma, las piscinas municipales de Son Hugo pretendían ser un modelo. De hecho, durante algunos años fue un centro de referencia a nivel mundial. Sin importar gastos ni impactos. Con dos piscinas olímpicas (de 50 metros), una interior y otra exterior, y otra cubeta específica para los saltos de trampolín, su innegable calidad ha estado lastrada por su excesivo coste de mantenimiento (un dato importante es su capacidad: 8.000 metros cúbicos de agua).

Un mantenimiento que, también, ha brillado por su ausencia en estos 20 años. Ni el PP ni el PSOE -que han dirigido la política deportiva de la ciudad- consideraron la necesidad de mantener una estructura complicada ya desde su construcción. Y que con el tiempo ha hecho que se desorbitara el gasto en energía.

Por un lado, en Son Hugo se instalaron vasos metálicos; un método pionero en su día debido, principalmente, por su rapidez para la instalación. El problema es que con el paso de los años, y por culpa del escaso o nulo mantenimiento, se ha deteriorado su estructura. De hecho, en 2017, cuando se cerraron por segunda vez las piscinas -y ya de forma permanente- se informó de que la cubeta de saltos perdía 14.000 litros al día de agua por las fugas debido a su mal estado.

Otra problema, las calderas. Con gasoil combustible, además de que se han deteriorado con el paso de los años y de que su consumo era muy elevado, hay que añadir que ya en su instalación no se cumplía con la normativa: no se pueden calentar piscinas exteriores con energías no renovables. Curiosamente, hasta 2015 nadie se dio cuenta ni informó.

Ese año se cerró en invierno Son Hugo porque calentar la piscina exterior en invierno multiplicaba el gasto energético. Desde 2013 se había hecho habitual este procedimiento en el IME: abiertas hasta el invierno. Desde 2002 hasta ese año nunca hubo problema, pero la crisis económica obligó a tomar esa decisión, según informaron desde Cort.

En marzo de 2017 se cierran de forma indefinida las dos piscinas exteriores de Son Hugo. "Existe un riesgo de colapso y derrumbe de toda la estructura", explicó entonces el gerente del Institut Municipal de l'Esport, José María González, al recibir un informe que desvelaba "serias dudas sobre la seguridad estructural de las piscinas y su deterioro".

Se pidió a los técnicos del IME un estudio de reparación y eficiencia para abordar un proyecto de reforma de Son Hugo que era más que necesario. Especialmente porque era la tercera instalación del Ajuntament, tras la EMT y Emaya, que más consumía. En 2007, por ejemplo, las facturas del gas, electricidad y agua se elevaron hasta cerca de los 400.000 euros; unos 30.000 euros/mes solo en calentar agua. Inasumible para las arcas de Cort.

Conocidas todas las deficiencias, los técnicos comenzaron a preparar el proyecto de reforma de Son Hugo. Una remodelación basada en dos puntos: ahorrar dinero (ofrecer el mejor servicio al menor coste) y que fuera una referencia a nivel energético. Y que fuera legal, por supuesto.

Han sido, precisamente, el escaso impacto medioambiental y el, en teoría, 'coste 0' del sistema elegido para que funcione con eficiencia la instalación los que han colocado el proyecto de Son Hugo en el punto de mira de varias administraciones locales, pendientes de que se ejecute y se termine para visitar una instalación que debe ser referencia.

¿Cómo funcionará? Utilizando energías renovables. Con placas foltovoltaicas, geotermia y una caldera de biomasa. En principio, sistemas que no tendrán ningún coste.

Con las placas foltovoltaicas se dispone de electricidad. Ya están instaladas, son de 99 kilovatios y se han alcanzado picos de 94 kW.

Con ellas se puede dar electricidad y poner en funcionamiento el sistema de geotermia, que consiste en enviar el agua hacia el subsuelo. Con cuatro pozos, el objetivo es, al estar más caliente la tierra a varios metros de profundidad, que el agua se caliente. En teoría, cuando suba de nuevo a la superficie lo hará con unos 20 grados de temperatura.

La ideal para nadar es sobre los 26-27 grados. Es entonces cuando se empleará la caldera para calentar el agua. La novedad es que será de biomasa, por lo que el IME podrá usar la madera que normalmente se deshecha tras podar los árboles que hay en la ciudad. En Cort ya planean la creación de una Planta de Gestión de Astillas (PGA) para tal menester.

El ahorro energético no acaba en el calentamiento de las piscinas, puesto que en Son Hugo también se ha instalado un sistema de alumbrado LED. Esta es una de las apuestas más firmes del IME, que ya ha apostado por este tipo de iluminación en el campo de fútbol de La Antoniana, el nuevo pabellón de Son Oliva y o el velódromo de Son Moix.

Otras acciones del IME en su apuesta energética

Flota de vehículos eléctricos para ahorrar en combustible

El IME renovó en enero de 2018 su parque móvil. Fueron adquiridos vehículos eléctricos y uno híbidro. El coste fue de 265.050 euros y otros 21.648,41 para la instalación de los puntos de carga (el 50% ha sido subvencionado por la Unión Europea). Según los estudios de los técnicos Cort, el gasto es de 1 euro cada 100 kilómetros y 0 % de emisiones.

Iluminación LED en todas las instalaciones

Es la gran apuesta del IME. Se pretende instalar este tipo de iluminación en todas las instalaciones deportivas de Palma. Las ventajas de este sistema es que ahorra las bombillas ahorran un 71%, duran diez veces más (unas 80.000 horas) y se encienden de forma instantánea, por lo que no hay que esperar a que se calienten para que alcancen su mayor luminosidad.

Reducir la potencia contratada en electricidad

Uno de los estudios ordenados por los actuales rectores del deporte en Cort era, además de conocer el estado de las instalaciones, qué gastos originaban. Uno de los más destacados era el consumo eléctrico en Son Moix. Se ha conseguido un ahorro de 87.000 euros al año al reducir la potencia contratada, y sin merma en el servicio. Ya se ha ha hecho con otras instalaciones.

Planta de Gestión de Astillas (PGA)

El Ajuntament ya ha dado su visto bueno a la creación de una planta en donde almacenar los restos de la poda de árboles en Palma. Hasta la fecha, una empresa privada se queda con la madera y Cort se ahorra el gasto de transportarla y tirarla. Ahora se almacenará y se usará para calentar el agua (piscinas, vestuarios). En cuanto haya calderas de biomasa se pondrá en marcha.

Lámparas ultravioletas para depurar el agua

Proyecto que aún está por concretarse. Con lámparas ultravioletas se pueden eliminar microorganismos que pueda tener el agua, con la ventaja de que se emplea menos cantidad de cloro. De esta forma, también se tira menos agua y se tiene que añadir menos, por lo que no pierde tanta temperatura y se emplearán menos recursos y tiempo en volver a calentarla.

Instalación de colectores solares en pabellones

Entre las últimas actuaciones del IME en 2018 ha sido la instalación de dieciocho colectores solares en la piscina de Son Roca para dotar de un sistema eficiente y sostenible el circuito de calentamiento de agua de la instalación. Se prevé un ahorro económico del 45% del gasto de gas del agua caliente sanitaria (ACS) a través de estas medidas sostenibles y el objetivo es instalarlo en más pabellones.