El Atlético Baleares ha convertido Son Malferit en un fortín inquebrantable. El conjunto blanquiazul acumula ocho triunfos en su feudo, siete de ellos consecutivos, y solo ha hincado la rodilla en una ocasión, fue el pasado 16 de septiembre ante el Sabadell (1-2).

Los mallorquines lideran la clasificación de su grupo como mejor local, sumando 24 de los 27 puntos disputados hasta el momento. Solo el Racing de Santander, en el Grupo II de la Segunda División B, atesora unos registros similares.

Estos números contrastan sobremanera con los registros que el conjunto balearico atesoró la pasada campaña con Armando de la Morena y Horacio Melgarejo al frente del equipo, cuando jugar en su feudo se convirtió en una auténtica pesadilla. El Baleares sumó solo 28 puntos en Son Malferit durante toda la campaña, cuatro más de los que atesora en su campo a estas alturas del ejercicio.

"Me gusta jugar en Son Malferit, es como Ipurua", reconocía hace solo un mes el técnico de los blanquiazules en una rueda de prensa en la que era cuestionado sobre la importancia del factor campo. "Estoy encantado de jugar aquí. Los rivales vienen a la isla con medio partido perdido. El factor campo nos ayuda mucho", manifestaba el de Eibar en su jocoso tono habitual.

Las reducidas dimensiones del terreno de juego, el material sintético del campo y la presión de una afición volcada con su equipo son las principales bazas que maneja el conjunto blanquiazul en su feudo, unos condicionantes en los que los balearicos se sienten cómodos y que dificultan, en muchas ocasiones, el juego de su rival.

Las obras en el Estadi Balear siguen avanzando, pero todo hace presagiar que el trasvase al nuevo campo se dilatará hasta bien entrada la temporada que viene. Los últimos resultados en Son Malferit invitan al optimismo, por lo que trastocar los fundamentos del equipo de cara a un posible play-off resulta casi impensable para la directiva y el cuerpo técnico del conjunto blanquiazul.

Sumar victorias en su feudo nunca fue su fuerte. Desde que el conjunto balearico disputa sus partidos en el campo cedido por la Federació Balear, los registros siempre han sido de los peores de la categoría. En la temporada 2014/15, en su año de desembarco en Son Malferit, los de Nico López y Siviero acumularon 8 victorias. En la 15/16, a las órdenes de Siviero y Ziege, lograron sumar 9 triunfos, los mismos que alcanzaron en la 16/17 con Ziege y Josico en el banquillo. Un año después, ya en la 17/18, únicamente se alcanzaron seis triunfos.