"Tengan cuidado, mucho cuidado, no por los que vamos de aquí, por lo que nos podamos encontrar allí". Luis Esteban Fernández, enfundado en su reluciente elástica del Boca, se despide de Juan Carlos Berardo, hincha del River, estrechándole la mano y con un ligera palmada en la espalda. Entre tanta cordialidad, cuesta creer que hace apenas dos semanas se produjera el esperpento que se vivió en Buenos Aires. "Energúmenos los hay en todas partes, sabemos que tenemos que ir con cuidado, pero la seguridad en España no es lo que hay allí", reconocen desde ambos bandos.

El Santiago Bernabéu calienta motores y cuenta las horas para la gran final de la Copa Libertadores, un partido que se disputará mañana a partir de las 20.30 horas. Tras los incidentes acontecidos el pasado 24 de noviembre en el Monumental de River, la CONMEBOL apostó por la capital española para acoger "el mayor espectáculo del fútbol. ¡Y nosotros estaremos ahí! Impensable", se autoconvencen todavía los hinchas de uno y otro equipo desde Mallorca.

Y es que, pese a la distancia con Buenos Aires, River y Boca no estarán solos en Madrid. Solo desde la isla, cerca de un centenar de aficionados de ambos equipos acudirá para presenciar in situ el gran acontecimiento futbolero. "Ciento cuarenta seremos nosotros, siempre por encima de River, como a lo largo de la historia", insta en voz alta Miguel Ángel Marchesini, con la clara intención de hacerse oír por los millonarios. Ellos no se dan por aludidos.

"La afición del River está por encima de lo que pasó en Argentina. Es una pena que el equipo no pueda levantar la Copa allí, con su gente, pero nosotros estaremos en el Bernabéu para que se sientan lo más locales posible", atina a responder Mariano Jastreb. Un pensamiento que comparte, pese a sus diferencias futbolísticas, con Mª José Marandola: "Es un sentimiento extraño porque era impensable que este partido se pudiera disputar en España, todavía no nos lo creemos, nadie imaginaba algo así".

Comprar las entradas y conseguir los billetes para viajar a la capital fue una auténtica odisea para la hinchada de Mallorca. "Algunos compañeros han optado por acercarse en barco a la península, porque conseguir un billete de avión era imposible", reconoce el xeneize Gerardo Masi, a lo que añade, "la opción del barco era sin duda la mejor para los del River, por aquello de no tener que volver a descender, aunque sea con un avión", se jacta entre las risas de sus camaradas.

Pese al multitudinario desplazamiento a tierras madrileñas, muchos serán los argentinos que seguirán la gran final desde la isla. El bar Sportium del Polígono de Can Valero acogerá a la Peña Boca Juniors de Mallorca. No muy lejos, a apenas dos kilómetros, Claudio Insaurralde espera que la cafetería La Croissanteria, en la calle Industria de Palma, se llene para apoyar a 'La Máquina': "En el partido de la ida nos juntamos en el Mallorcafé y lo pasamos muy bien, esperamos que la gente del River que no haya podido viajar, también lo disfrute desde aquí".

Más de 4.000 efectivos garantizarán la seguridad durante el encuentro y sus prolegómenos. "Lo principal es que no ganen los violentos y que levante la Copa el mejor, Boca", desea Dany Mompo, presidente de la Peña, con regocijo. "Eso habrá que verlo", replica el millonario Gabriel Adrián De Loureiro con todo el respeto que le es posible.