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El rincón de pensar

Protagonismos buenos y malos

Fin de semana con cara y cruz en el mundo del fútbol para Mallorca y Atlético Baleares y con un protagonismo vergonzoso para los violentos en uno de los clásicos del mundo

Superado el primer tercio de Liga el Mallorca se ha instalado en el grupo de privilegio que aspira al ascenso de categoría, aunque su técnico, con gran razón, asegura que no se ha conseguido nada todavía y que este objetivo sigue siendo un sueño. Los de Moreno superaron por un raquítico uno a cero a su rival, en un partido que amén de los tres puntos sirvió para sacar algunas conclusiones con nombre propio.

El primero de ellos el de Salva Sevilla, ausente ayer, y que por lo visto es una pieza que no tiene recambio en su función en el esquema rojillo. Sin el andaluz, el Mallorca no tiene pausa, ni ritmo y apuesta por un juego de impulsos. El Numancia fue ayer el rey de la posesión de forma exagerada. Esperemos que el almeriense esté disponible el sábado ante el Reus, porque un equipo en la medular sin él y sin Pedraza, sancionado, puede ser cualquier cosa menos un equipo organizado.

El otro nombre del día es el de Miquel Parera, que se afianza en la portería tras una actuación en la que tuvo intervenciones decisivas. El buen hacer del canterano no es flor de un día, ya que en Zaragoza ya cuajó un gran partido. El mallorquín se ha ganado el puesto y sería una injusticia que perdiera la titularidad sin más, algo que debe calibrar Moreno.

Un Atlético baleares demasiado conformista

Se dice que ir a por el empate en el mundo del fútbol conduce demasiadas veces a la derrota. No sé si los de Mandiola se conformaban con un punto en su visita a Cornellá, pero su apuesta de juego no era la de un equipo que va a por la victoria. Los de Mandiola debían haber hecho más, ante un equipo además que arrastraba un partido entre semana en la Copa Federación. Sin hacer nada del otro mundo, los catalanes le marcaron dos goles a los blanquiazules y les privaron de haber optado a un liderato con el que algunos soñaron.

Un espectáculo vergonzoso

Desde el otro lado del charco, Sudamérica, nos llega un vergonzoso espectáculo en la que el fútbol como deporte ha pasado a un segundo plano, al haber dejado su protagonismo a los violentos que pululan a su alrededor. El Boca-River, clásico entre los clásicos del mundo y que en esta ocasión debía dilucidar quién era el mejor equipo de aquel continente, fue suspendido en dos ocasiones por las agresiones sufridas por el autocar de uno de los contendientes. Afortunadamente en España rivalidades y hechos como estos son cosa del pasado. Es urgente tomar una determinación para evitar que la acción de estas tribus ultras que rodean a los equipos protagonicen estos duelos en los que solo se debería hablar de deporte. La Commebol debería intervenir e imponer unas sanciones ejemplares, ya que los clubes implicados no quieren o no saben actuar.

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