Jorge Lorenzo está viviendo una emotiva última semana del Mundial de MotoGP. El mallorquín se despide de Ducati tras dos agridulces años con la marca italiana, mejores en lo personal que en lo deportivo. El martes se subirá por primera vez a la Honda y el pasado jueves quiso despedirse de su equipo en el box.

En una distendida y emotiva cena, Jorge Lorenzo regaló un casco y un reloj Tissot edición limitada, según informó Marca.com, a los componentes de su equipo. Y él recibió varios regalos.

El palmesano explicó a través de un vídeo que había grabado sus sensaciones y cómo habían sido sus dos años en Ducati. "Hay historias que son felices, otras que son tristes, y luego están las que son inclasificabiles, como mi historia con Ducati", dice en el documento visual que vio todo su equipo. En el mismo, reconoce, como ya dijo meses atrás, que valoró su retirada, antes de concretar su fichaje por Honda, en la carrera disputada en Le Mans: "Después de liderar la carrera, acabé perdiendo posiciones y terminé sexto. La situación era crítica y mi carrera estaba en peligro. ¿Me podía quedar fuera con 31 años con todo lo que había logrado? La respuesta era, sí". "Durante unos días la retirada rondó mi cabeza pero la idea de apartarme de este deporte me ponía aún más triste. Todavía no era el momento. Quería demostrar que podía volver a ganar", explica en el vídeo.

Lorenzo no vivió ayer, primer día de entrenamiento en Valencia, una buena jornada. Fue decimonoveno bajo una incesante lluvia, que incluso obligó a Dirección de Carrera a interrumpir las dos sesiones del día con bandera roja por culpa de la gran cantidad de agua acumulada en algunos puntos del trazado.