La evidente e innegable situación de abandono y descuido que sufre el Hipòdrom Son Pardo desde que lo dirige Jaume Ramis, en calidad de presidente del Institut de l´Esport Hípic, se escenifica perfectamente en la terrible imagen que desde hace meses ofrecen las cuatro banderas que ondean en la zona central de la pista de la instalación. Completamente desgastadas, rotas y a jirones. Una constatación del serio y grave descuido que vive toda la instalación. Con sus servicios de mantenimiento, limpieza y jardinería dejando mucho que desear desde hace meses y los usuarios del recinto tan desanimados como indignados ante la deriva.
Otra muestra de la incapacidad seria de Jaume Ramis y su equipo para mantener Son Pardo en buen estado de salud y de conservación -como también ocurre con el Hipòdrom de Manacor- se ofrece a través del cronometro central. Un artilugio que lleva más de tres años averiado y sin que nadie sea capaz de repararlo o retirarlo. Una irregularidad que solo se ha intentado paliar coincidiendo con las diadas de mayo del 2017 y el 2018, mediante el alquiler muy de una pantalla gigante en la que se habilita un cronómetro a través de un sistema informático. Una media transitoria que apenas se prolonga dos días, ya que tras el 'Gran Premi' ese servicio se desmonta y se retira.
