El Atlético Baleares y su técnico, Manix Mandiola, se juegan más que los tres puntos en el campo de Peralada (12:00 horas), en un partido al que llegan ambos equipos necesitados de la victoria.

El equipo palmesano comparece en el césped natural de Peralada con la necesidad de revertir sus resultados y confirmar las buenas expectativas que se habían creado tras arañar un empate en Castellón, en el arranque del Grupo III de Segunda B, y firmar la victoria en el estreno en casa, ante el Alcoyano.

Cuatro puntos que impulsaron a los de Manix Mandiola en la parte alta con solo dos jornadas de Liga. Cuatro puntos que son los que tiene hoy el Atlético Baleares, incapaz de hacer valer su superioridad hace quince días en el campo del Ejea y de sentirse impotente en Son Malferit frente al Sabadell. Dos derrotas seguidas, más producto de los errores defensivos que de la ausencia de juego, que ya han instalado los nervios en las oficinas. De hecho, es casi vox populi que Manix Mandiola está siendo cuestionado por la propiedad, aunque menos desde la dirección deportiva. Asi las cosas, una derrota en la visita al filial del Girona dejará muy tocado al entrenador vasco. Y también a los jugadores, que han ofrecido una versión inesperada a su afición.

Para este duelo de importancia, porque de no puntuar el Baleares se metería en la zona baja de la tabla, han viajado los 18 disponibles: son baja Villapalos (sancionado) y Adrián (lesionado). Podría entrar en el once el juvenil Pedro Ortiz, con lo que Mandiola mantendría el pivote, o tener la oportunidad Hugo Díaz y jugar con dos mediocentros y tres mediapuntas por detrás de Marcos.

En el Peralada, que aún no sabe qué es ganar (tres empates) no hay bajas y podrían repetir los que empataron con el Barça B.