Afrontar con optimismo la temporada es el gran reto que tiene por delante el Son Sardina Femenino. Sobrevivir, el objetivo. Luchar, una obligación. Ascender, un sueño. Desvalijadas tras un verano algo convulso, en el vestuario resiste la vieja guardia. Las más jóvenes, las nuevas, han llegado a trompicones, motivadas por lo que acarrea defender este escudo, "pero hay mucha madera ahí dentro", reconoce con entusiasmo su capitana, Tere Mayol: "Es cuestión de conocernos, ensamblarnos y adaptarnos a esta categoría, nueva para ellas. Tiempo al tiempo".

El conjunto palmesano es y ha sido, durante las últimas temporadas, un referente del fútbol femenino balear. El equipo áureo afronta su quinta temporada consecutiva en la división de plata, una hazaña de intachable envergadura y, por desgracia, de acallada repercusión.

Este que entra es un año diferente. El fútbol femenino avanza a pasos agigantados y esta temporada la Real Federación Española de Fútbol, desconcertada por esta gran repercusión, ha decidido crear una nueva competición. La Federación, a propuesta de la Asociación de Clubes y LaLiga, mantendrá la Iberdrola Primera División sin cambios, pero creará un paso intermedio en 2019-2020 con dos grupos de 16 equipos para dar más estabilidad a la disciplina y facilitar las inversiones de los clubes.

En ese carro quieren meterse todos los equipos, incluido el conjunto palmesano que, a regañadientes, reconoce que "lograr la permanencia y dejarse de ascensos ya sería todo un puntazo". "Este año, con la reestructuración de la Liga, todos los equipos se apuntan al ascenso y se han reforzado muy bien. Nosotros hemos sufrido pérdidas importantes, hemos intentado reforzar el equipo, pero hemos empezado la temporada con dos derrotas. Queremos cambiar esa dinámica a partir de la tercera jornada", reconoce Miguel Ángel Pacheco, técnico del primer equipo.

"Es verdad que hemos empezado los dos primeros partidos un poco mal, por decirlo de alguna manera, y sabemos que este año la Liga va a ser súper complicada. La permanencia sería un puntazo, pero evidentemente no le hacemos asco a nada. No vamos a tirar la toalla en ningún momento", asegura por su parte Mayol.

La sección femenina del conjunto palmesano nació en el año 2006. Por abajo, por los cimientos. Actualmente el Son Sardina cuenta con cuatro equipos de chicas, 75 jugadoras por las casi 400 fichas con las que cuenta el club. "Poder tirar del filial para completar la plantilla nos ha salvado la vida", reconoce su entrenador, que afronta su primer año al frente del equipo: "Con todo esto del Baleares nos han hecho un poquito de daño. Solo ellos se han llevado a seis o siete jugadoras. Aparte, hemos tenido que hacer frente a la baja de Tania, que era nuestra futbolista estandarte, y de Marina Martín, que se ha ido al Tacón de Madrid".

"Entiendo perfectamente a las compañeras que se han ido al Balares. Es un equipo con nombre que tiene una estructura detrás y que pocos clubes en Mallorca pueden ofrecerte. De todas formas, equipos humildes como el Collerense, el Independiente o el mismo Son Sardina, siempre han hecho una apuesta fuerte por el fútbol femenino, y es normal que duelan las formas", reconoce Tere, quien cumple su cuarta temporada en el club.

El trabajo es lo único en lo que realmente confía el Son Sardina, esa ha sido su carta de presentación en los últimos años. Este domingo quieren marcar un punto de inflexión tras un inicio de temporada titubeante. El Pardinyes les espera en la tercera jornada de competición; un equipo sin tantos problemas, pero un equipo con mucha menos ilusión.