Cata Coll fue recibida en el aeropuerto de Son Sant Joan como una auténtica campeona. A pesar de perder la final del Mundial sub-20 por 1 a 3 ante Japón, una treintena de amigos y familiares esperaron a la portera del Collerense llegar con la medalla de plata colgada en el cuello. "Estoy en un sueño; el resultado no era el que nos merecíamos, en la primera parte perdonamos mucho", señaló Coll, que agregó sonriente que "el fútbol nos debe una".

La jugadora mallorquina no "esperaba nada" una vez salió por la puerta de llegadas y sus más allegados la ovacionaron con su nombre. Además, Coll señaló estar "muy contenta", ya que no se esperaba ir al Mundial sub-20 celebrado en Francia. "Tengo 17 años, aún me quedaba mucho y no confiaba en jugar y tengo que dar las gracias al cuerpo técnico que contaron conmigo", destacó Cata, que confirmó seguir "un año más en el Collerense, y el año que viene ojalá pueda llegar a la Liga Iberdrola".

Cata Coll llega a Palma

Cata Coll llega a Palma

Sobre si la cita mundialista ha supuesto un punto de inflexión en su carrera deportiva, la jugadora mallorquina consideró una experiencia muy positiva el haber defendido la portería de todos y cada uno de los encuentros en el Mundial sub-20 con tan solo 17 años. "Al final sí, es uno de los mejores torneos que he hecho y me siento muy contenta, pero aún no he llegado a nada y tengo que seguir trabajando".

Cata Coll, que fue recibida primero por su hermana Auba entregándole un ramo de flores con una cinta roja con la palabra campeona, valoró sorprendida la gran aceptación de la final, que batió récord de audiencia en el fútbol femenino. "Cuando nos lo dijeron no nos lo creíamos, ojalá el fútbol femenino se iguale con el masculino", concluyó.