"Las finales no se juegan, se ganan". Así sentenció Pili Espadas, compañera de Cata Coll, cuando el sueño del oro de la selección sub-20 terminó en manos de las niponas. Un 1 a 3 fue el resultado final y el bar del Collerense, que congregó a un centenar de personas para animar a la portera y a la antigua jugadora del Coll Patri Guijarro, se quedó huérfano de celebrar una cita histórica para el fútbol femenino.

Una final que empezó con muy buenas sensaciones, cuando el combinado español dominó al conjunto nipón con el empuje de España en ataque. Patri Guijarro, capitana de la selección, ya avisó en más de una ocasión, la más clara en el primer córner desviando de cabeza el balón. Justo después, Cata Coll levantó a Biel Pons, su entrenador, a sus compañeras de equipo y a muchos aficionados del Collerense que se encontraban sentados frente a la pantalla sin distraerse.

"Patri Guijarro casi nos hace dos goles, y Cata las que ha tenido las ha sacado fuera, es el momento del gol", señaló el míster Biel Pons, que presenció, como todos los asistentes en el campo del Collerense, cómo España era dominadora en juego y se merecía el gol por ocasiones, y Japón, por inercia, reculaba en su campo y ya le pesaba la primera mitad.

Sin embargo, llegó el jarrón de agua fría con el primer tanto de las niponas, y la terraza del bar del Collerense enmudeció. Miyazawa se desenvolvió con creces de dos jugadoras españolas y sorpendió a Cata Coll, un poco adelantada, para poner el primer gol de Japón.

Asimismo, tras el silencio en el Coll, sonó otro aplauso con la intervención de Cata, esta vez salvando un mano a mano que pudo ser el segundo de las niponas. Japón se llevó del descanso un premio mayor.

"No se lo esperaban, la verdad", afirmó la delantera Rocío García, compañera de Cata Coll. Después del descanso, Tolo Verd, presidente del Collerense, seguía viendo en una esquina el transcurso del partido con "muchos nervios". A la vez, Biel Pons y Pili Espadas departían las ocasiones y el segundo gol de Japón, que Cata solo pudo rozar con la mano el balón.

Patri Guijarro, junto a sus compañeras, perdieron protagonismo y llegó prácticamente la sentencia del partido con el tercero de Japón. En el campo del Collerense empezaron a verse las primeras manos a la cabeza de desesperación. España marcó el 1 a 3 pero fue demasiado tarde.