Recordar es revivir, aunque se trate de una pesadilla. Un mal sueño que no deja de arrastrar el trote balear -especialmente el mallorquín- en sus esperanzas de llegar a disfrutar de una apuesta exterior propia que garantice su financiación. Un éxito que no logró la única experiencia de esa naturaleza, coincidiendo con la puesta en marcha en marzo del 2005 -de una versión castrada y sin capacidad de viabilidad- de los juegos de la Lototrot y la Promotrot. Un proyecto pionero e histórico que se desconectó hace diez años, en agosto del 2008.
Y diez años después las administraciones públicas de las islas siguen incumpliendo el mandato aprobado por unanimidad en el Parlament de les Illes Balears para dotar al trote de una fuente de financiación estable.
Desde el cerrojazo de la Lototrot y la Promotrot -una doble fórmula que no disfrutó de buenos resultados y que en el 2012 intentó reflotar la firma Sleic-, la Federació Balear de Trot (FBT), presidida de Joan Llabata, ha fracasado en sus diferentes intentos de lograr la implantación en las Balears de las apuestas hípicas exteriores de la PMU, tal y como funcionan desde hace años en Euskadi.
Joan Llabata y sus colaboradores lo intentaron especialmente durante el último mandato del PP al frente del Govern, con José Ramón Bauzá como presidente. Y también ha fracasado, hasta el momento, en sus tímidos intentos de conseguir que las carreras de caballos al trote de las islas se incorporen a la nueva oferta de apuestas deportivas activada en la Comunitat desde principios del presente ejercicio.
